martes, 2 de julio de 2024

XXXII (relato antropomorfo)

 Calida, recientemente casada con Premilio, no se sorprendió al enterarse de que su madre, Franca, quien desde hacía par de meses, había llegado para  colaborarle familiarmente dado su embarazo en avance de Calida. Lo inesperado, si resultó ser que el padre del embarazo de Franca, fuera Premilio.

LAS RUDAS Y DURAS PALABRAS QUE LES DAN RIGOR AL AMOR


Me siento seguro al afirmar que durante mi desarrollo social y familiar, al tenor de un par de obligadas razones hube conocer personas socialmente sensibles al mandato religioso-cristiano, que mi formación socio-cultural, propia de mis tradiciones familiares me impusieron de modo original, natural. 
Como era de esperarse, unos más que otros fuimos y somos, menos o más ortodoxos, en cuanto a la experesión de los sentimientos asimilados, según mandatos biológicos, históricos y demás efectos reconocidos. Entre mis cercanos allegados, como en cualquier caso ocurre, hube de compartir cercanías con Higinio Báez y Luis Espaillat. 

Dos casos de muchachos culturalmente cocidos al calor de la cendra cristiana común de nuestros orígenes. Estos, sin embargo, resultaron un par de casos de cristianismo profundizado, sentido, psicológicamenete subido a la cabeza. Sentimentales, de obedecidos sentimientos bajo las órdentes del mandamiento cristiano de entrega material, con aspirados convencimimientos de que su gloria y felicidad les esperaría en el cielo resguardado como premio a su desinterés por la insulsa materialidad de las competencias por las sumatorias comunes. 

Estas cristianas conductas, atraidas a sus mentes, bajo el peso de algunos destacados discursos atribuidos al propuesto Mesías idealizado por la tradición cultivada desde algunas sectas judías de las que devino el actual cristianismo de nuestra cultura americana, colonial, hizo pesó tanto en Higinio Báez y Luis Espaillat, que de tanto radicar sus entregas a esos mandatos, desde su adolescencia pasaron, ambos, a escalar un nuevo modo de ejercer ese rito cristiano de entrega personal, sentimental, hacia los suyos y los no tan suyos. 

Esas entregas, mismas que caracterizaron los intelectuales portentos y prácticas de pensadores tan reconocidos como Friederich Engel, Carl Marx, Friedeerik Nietzsche, lo mismo que otros centenares de históricos pensadores, que terminaron imbuídos, subsumidos en esos extremado y entregados sentimientos, de tal modo que, como en el caso de estos dos entregados religiosos del ateismo espiritual, probablemente, ni siuiera alcanzan a darse cuenta de que simplemente han sido y son, sus propias entregas, no más que rutas de ese curso biológico que los inclina a encontrar refugio en la lucha por la supervivencia evolucionista, en esa forma de entrega que la sinergia social ordena en la lucha por la eternización biológica, mandato del que ni los suicidas patológicos, logran escapar. 

Marx, un sentimental judío, defensor de la vida, de los humanismos divinizados, lo mismo que Nietzsche, soñador en un dininizado superhombre, Mandela, Mahatma Gandi, Ho Chi Min, soñadores en dioses, tanto como Higinio y Luis, merecen mis sonrisas, pero, la verdad, es difícil desprenderse uno de ese otro aserto, igualmente rudo, duro, que tanto maltrata al rigor del amor: "Polvo eres y en polvo te convertirás"....Sin lloros, penas, dolor y "mucho amor"...(Qué opinará la genial montaña de reflexiones, acumuladas en el cerebro de Osiris Madera ?....Me estremece el miedo a su respuesta)