domingo, 19 de mayo de 2024

SER - NO SER

 

Cierto, ciertísimo es que bajo los trasfondos guerreros de toda las competidas luchas escenificadas por las sociedades humanas, sobresalen siempre las necesidades colectivas impulsadas por los institivos reclamos materiales sobre las órdenes naturales inscritas en las férreas paginas del sistema lógico-biológico diseñado por la inteligencia univesal que los humanos y sus ciencias suelen denominar, sin más ni más,  a su puro antojo como "entropía" que ordena parte de la materia en rituales de vida y sus modos de supervivencias. 

Existir, vivir y sobrevivir, mandatos retenidos,  fijos en la psiquis humana como ley fundamental, como mandamiento mayor que se reparte según las diversas formas de realidades pasibles y posibles de colocarse en los arreglos del pensamiento humano. 

Ser, vivir, existir, según tiende a concebir la organizada forma de imaginar del sistema cerebral humano, conlleva a competir, luchar, sobresalir, como estrategia constante, continua de superación perfectiva. 

De este modo estratégico de lucha competitiva por alcanzar el perfeccionismo así concebido, surgen los espacios de competencias naturales. 

Guerras militares, competencias intelectuales, deportivas, religiosas, etc...como cualquier otro modo de exaltación, implica esa urgencia por la superación de alternativas materialmente vitales. 

Los fenómenos que impulsan las acumulaciones de poder, expresados como reconocimientos de fuerzas económicas, signan esas superaciones como valor potencial de esa superación demandada tras esos reclamos de la naturaleza.

 Cualquier intento de explicación o justificación por la competición natural, temina, hasta donde alcanzan las medidas de los valores humanos, a un reclamo biológico, evolucionista, fundamentalmente ineludible: la biológica superación de esos valores vitales, envueltos en la dinámica material, termodinámica, natural. 

Vale que se reitere: todos los procesos materiales, en alguna o cualquier forma, persisten, existen, conviven en su universo de eternidad e ilimitada continuidad. Los conceptos construidos por la imaginación humana sobre el bien y el mal, prarios y contrarios, no pasan de conformars en un complemento natural, material, ser-no ser.


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