miércoles, 14 de agosto de 2024

LOS GALLOS-GALLINOS

Miércoles, 14 de agosto de 2024
LOS GALLOS-GALLINOS

Nosotros, los muchachos crecidos y desarrollados en mi pueblo, allegados muy cercanos a las piadosas costumbres culturales, conducidas desde los inicios ancestrales por allegados que se establecieron en terrenos baldíos, trajeron labradores contratados que se asentaron con parejas. Poco a poco, la original primera conductora de las normas culturales que fueron desarrollándose resultó ser una joven instruida en los ritos de veneración dedicados a la Virgen María. Se desarrolló ese asentamiento emocional, del cual da cuenta el primer profesor oficial nombrado en la comunidad por la Dirección de Instrucción Pública, Don Patricio Ramírez Frías. 

Esa vocación por el respeto piadoso a la caridad, entrega y consideración a otras personas, incluidos enfermos, desvalidos físicos, hambrientos, retraídos mentales, peregrinos, etc., fueron comúnmente tratados con bastante consideración, al mejor estilo de la formación cristiana predicada por la bien instruida joven fundadora de la comunidad, con el apoyo de sus familiares, quienes allí llegaban a fomentar el desarrollo económico de sus predios comunales. Esas han sido, en gran medida, las razones por las que hasta mi persona ha llegado parte de ese asentamiento rural, que hoy me permite tener tan presente esa apariencia que mostraban algunos gallos, cuya figura se caracterizaba por mostrar una vestimenta de plumas poco lustrosas, propias de la normalidad aparente en las gallinas.

 No cantaban, no perseguían a las gallinas para pisarlas como lo hacían los gallos comunes; peleaban, eso sí, con la misma agresividad de los demás gallos, pero era común que los gallos corrientes, al principio, intentaran pisarlos antes de darse por enterados de que el pleito iba en serio. Algunos, con mayor frecuencia de lo común, resultaban demasiado "corredores", de modo que en realidad, fueron menos procurados como gallos de pelea. Hoy, como no he seguido con demasiado entusiasmo esa carrera de gallero que tantos intensos recuerdos me llevaron a atesorar en mi mente, no sé cómo andan hoy esos asuntos. 

Estimo que siguen tal como lo dispuso y dispone Dios desde antes de Adán y Eva. Gallos-gallinos, creados por disposición del mismísimo Creador, nos merecen tanto respeto y consideración como mismo nos lo merecen los gallos de pelea, los criollos, los mestizos, los giros, los negros, los cocolos, los Kikiriquí, los cruzados con faisanes, etc. No entiendo mucho de los asuntos genéticos y los cruces naturales entre gallos-gallinos, qué tanto son gallinas ni qué tanto son gallos (de esos conocimientos tan refinados conoce mi hermano genetista, Prof. Tirso Ramírez M, pero no es tan farandulero en estas redes profanas, como su hermano). 

Por lo menos, eso sí, estoy seguro de que no anda maldiciendo ni echándole culpas a Dios por eso de haber creado la diversidad biológica, pues bien sé de cuánto se las trae en sus relaciones con ese Señor Creador.  

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