martes, 13 de agosto de 2024

MIS RESPETOS A MIS COLEGAS


Hace apenas algunos días, uno de nuestros respetables participantes sugirió con prudencia y cortesía la idea de que algunos comentarios pudieran ser aprovechados para tratar asuntos cuyos contenidos puedan acercarnos mejor a nuestros intereses locales, más que a nuestros medios comunes. Como buen criollo entrenado en el hablar rural, medio cibaeño, medio pororó, medio sureño, medio capitaleño y presumido hasta de universitario uasdiano, estimo que bien merecen haber sido rozadas, aun de soslayo, mis acostumbradas líneas mal ajustadas a esos estándares sugeridos. Me complace sobremanera tomar en cuenta la sugerencia, si, como pudiera ser, me hubiera alcanzado. No obstante, bien puedo apuntar que al tratar de seguir las instrucciones servidas en otras ocasiones como opiniones, igualmente preocupadas por los contenidos y sus ajustes ante los intereses comunes, lógicos del interés social que nos reúne, sigo tratando de evitar las controversias propias de las disparidades corrientes que suelen tocar las sensibilidades personales, que suelen sensibilizar algunos criterios impropios exhibidos por los portadores de esas conchas de galápagos viejos curtidos en las reyertas de colmados, charcos de ríos y pley de béisbol sin guantes ni caretas, a los que nos acostumbramos antes de llegar a “la capital”.

Cuido así mis ritos y tradiciones religiosas: mi Viernes de Dolores sin comer carnes, mi Jueves de Corpus, mi Miércoles de Cenizas, mi Domingo de Resurrección, mi Domingo de Ramos, mi Jueves Santo, mi Día de Reyes, mi 21 de enero, mi peregrinación a Bayaguana, a San Antonio (paraje de Yamasá), las fiestas de Peralvillo y me persigno cuando paso por la iglesia. Hago bautizar y confirmar a mis hijos. Respeto y visito las iglesias de todas las denominaciones cristianas. Respeto la paternidad patriótica de los Padres de la Patria. Respeto la humanidad de todos los seres humanos. Hago cuanto esté a mi alcance por reconocerme, racial y étnicamente, como mulato liberto.

Me complace reconocer en mi entorno humano hechos tan reales como propios de la naturaleza humana, como la esquizofrenia de Juan Pablo Duarte, su brillante inteligencia social, su rígida rectitud moral, la voluntad guerrerista y patriótica de Pedro Santana, las capacidades burocráticas e inteligentes de Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez, Juan Emilio Bosch, Tomás Bobadilla, Ulises Francisco Espaillat, Eugenio María de Hostos, Antonio Sánchez Valverde, Fernando Arturo de Meriño, Buenaventura Báez, la rectitud patriótica de Gregorio Luperón y Ulises Hereaux, las noblezas patrióticas de Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y María Trinidad Sánchez, Francisco Alberto Caamaño, Aurelio Tavárez Justo, Amauris Germán, Gregorio Urbano Gilbert.

Confieso que les temo a los conflictos internos que suelen desatarse entre mis colegas; no me agradan, no me convencen sus motivaciones expuestas, por lo general, según mi parecer, sin antagónicos motivos fundamentales, por lo general sin ninguna contradicción de clases ni más valor que alguna diferencia de tonos leves afectando las mismas rayas del vestido. No me cosquillean las ironías ni los deseos. Amo, respeto y venero a mis amigos y sus circunstancias, así como respeto sus altares.

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