martes, 11 de junio de 2024

EL CONTRATO MATRIMONIAL

 

El Matrimonio, como tal, desde sus orígenes legales formales, promueve la implicancia de derechos adquiridos tras los compromisos devenidos de la conformación natural devenida en necesidad y consecuentemente en ritos morales demandados por la imprescindibilidad de atender a la reproducción biológica sin la cual no es posible el desarrollo de la vida humana, su existencia orgánica  natural biológica social, siendo que el evolucionismo condujo esta versión de organización material, a la necesidad de atenciones especiales con respecto a la reproducción natural de los animales superiores, de tal suerte que precisen de atenciones dirigidas, antes de continuar el proceso de reproducción. 

En el caso de la especie humana, la situación se ha vuelto cada vez más complicada, más sofisticada, en la que se implican necesidades de organizar sus propósitos biológicos tras exigentes sistemas  sinérgicos de organización colectiva. 

Esas demandas deducidas en ritos biológicos, luego en ritos morales y sociales, dan origen a la institución formal de la norma legalizada en forma de contrato social, especializado siguiendo procedimientos diversos, según la historia, construmbres y tradiciones hoy civilizadas y estatuidas en lengua española bajo la nominación jurídica de "Matrimonio". Muy diversos procedimientos, sin embargo, se siguen aplicando, siempre dependientes de los distintos ordenamientos, tradiciones, conveniencias materiales, económicas, religiosas, políticas, etc. 

Desde hace algunos años, muy distintas motivaciones, propias de los reclamos y liberalismos de la evolución social de los presentes  y corrientes días,  hoy acogemos, en nuestras sociedades occidentales, a nuevas formas de contratos matrimoniales, novedosos en cuanto a la construcción de nuevos arreglos  y necesidades, sobre todo, económicas, tras la que se han aceptado y promovido contratos sociales matrimoniales, entre parejas de diversas inclinaciones sociales, biológicas, anatómicas, que no implican, necesariamente, la presencia en, dichos contratos, de terceros descendientes de la pareja contratante, como sería el caso generalizado, cuando se tratara de contratantes originalmente, elegidos entre si, con la finalidad de reproducirse, ayudar a criar una desecendencia natural, generalmente, devenida de la relación biológica natural de ambos contratantes. 

De ese modo de concertación contractual, denominado "Contrato Matrimonial"o simplemente "Matrimonio", hoy, nuestra civilizada forma juridica, tal como citáramos ya,  se deducen los ahora llamados "Matrimonios homossexuales", bajo cuyos términos comunes, son aceptados los términos, regularmente concebidos y aceptados, de manera especial, en los que se incluyen derechos y deberes, regularmente no consignados, en otros casos de contratos legales, no matrimoniales, relativos a compromisos entre las partes, sobre todo, en cuanto a las libertades e intimidades sexuales de las personasa relacionadas comprometidas en otra clase de contratos legales, no matrimoniales.  

Las controversias legales, religiosas, morales y familiares en general, hoy generan miles de controversias, en cualquier sociedad, sobre todo, en este lado geográfico del Planeta y, aun más, entre los diversos arreglos religioso-morales. 

La verdad, monda y lironda, es que ante los ojos del derecho material, positivo, los seres humanos, servidos al mundo por Dios como Creador, según la versión espiritual del lado de las Creencias Abrahámicas, tanto como del lado de los  consabidos y aceptados derechos de los seres humanos nacidos biológicamente con distintas maneras en su constitución biológica natural, entiendo que todos los seres contamos o deberíamos contar con los mismos derechos naturales  a existir y formar parte natural de este complejo universo material y social. Por cuanto, estimo que todos los contratos sociales, jurídicamente viables deben cumplirse sin atropellos, indiscriminadamente, sin fanatismos.  

De existir un Dios Creador, estimo que no hubo de haber cometido errores al diseñar su Creación, por cuanto, todo Lo Creado ha de cumplir su objeto a la perfección.

A mi, por lo menos, así me lo explicó siempre Doña Sofía.     

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