sábado, 21 de septiembre de 2024

LA REDUCCIÓN DEL NÚMERO DE LEGISLADORES

 

LA aritmética elemental nos muestra la oportunidad de fijar en las reflexiones de nuestras mentes, emocionalmente adaptadas a responder mediante soluciones que entendemos como racionalmente lógicas, a partir de las improvisaciones mejor acomodadas a los esfuerzos menores, consumidores de las mínimas energías biológicas, bioquímicas. 

Con suma comodidad nos refrescamos en ejercicios mentales, propios de locutores entrenados en pronunciarse con voz bien entonada, pausas profesionalizdas, reguladas según las normas semánticas, maravillosamente bien articuladas, en fin, magnificamente bien ejercitados como artistas de las voces y las palabras. 

No obstante, estas características exhibidas entre muchos de nuestros profesionales de la locución radial, el reporterismo periodístico o la presentación televisiva profesional, tambien suele, en muchísimos casos, adolescer de pretensiones distintas al buen ejercicio de la comunicación elemental, tratando, al tratar el ejercitante, de estas profesiones, de aprovechar sus bien logrados dotes artísticos, téctnicos y prácticos, para atreverse a  improvisar, de modo aventurado, precipitado y, a veces, hasta alocado en, embarcándose en asuntos científicos, políticos, militares, medicos, filosóficos, antropológicos y, sobre todo en asuntos religiosos. 

En nuestra sociedad nacional, generalmente constituida por nacionales dominicanos, con un promedio de formación académica propio de la comunidad tercer mundista en la que nos estamos desarrollando, hoy se debaten asuntos políticos, científicos, filosóficos y políticos, entre otros, tales como la división político-geográfica de la organización comunitaria. 

Sobre este caso, resulta que, por lo general, los teóricos presumidos de académicos mejor formados en aritmética, leyes sociales, administración comunitaria, administración masiva de poblaciones, recurren a argumentar como buenos especistas en aritmética, materia en la que, sin dudas, habrían recibido magníficas calificaciones, en sus primeros días de alfabetización escolar, según muetran sus certeras divisones que los llevan a razonar sobre el innecesario número de congresistas, consejales y otras instancias administrativas, políticas, que según los razonamientos aritméticos de los encumbrados profesionales, sobre todo de las comunicaciones populares a los que nos queremos referir, bien hemos de comparar, por ejemplo, el número de una veintena de provincias, que necesita, para su administración político administrativa, la altísima masificación de sociedadades como La China y La India, así como la división del territorio del Cánada,  según la semántica empleada en aquella sociedad, con la de las 32 provincias en las que se subdivide geografía política dominicana. 

Inteligente, definitiva, más sabia que cualquier reflexión teórica, cualquier conclusión sobre cualquier análisis científico esbozado por estudiosos dedicados a la antopología social, la historia y la composicion social dominicana, según las apreciaciones de esos locutores, artistas y, ahora hemos de agregarnos, los publicadores de notas y comentarios entre los imparables youtubers rurales, de colmadones y de sectas religiosas improvisadas por las redes cibernéticas. 

Los cálculos elementales llaman la atención sobre  la "escandalosa" proporción del número de congresistas.  En lo que pueden ser mis partículares apreciaciones, como otro "youtuber", más, presumo de llamar la atención, mucho mejor, sobre el valor profundo que hoy se cultiva como valor, en la existencia de un congreso que represente, tanto como sea posible considerarlo, el máximo sentir de todos las representaciones de El Estado.Esto es, en primer lugar, no reducir el número de representantes, por cuanto, el número actual, puede bien representar los masivos intereses de la socidad trabajadora, productora real de la riqueza nacional. Segundo, 

Que sean tomados en cuenta, como representantes del mandato electoral, represtaciones formales de los colegios profesionales, federaciones de las organizaciones obreras y científicas, y otras agrupaciones colegiadas, cuyas representaciones, como asesoras de El Estado, cuenten con reglamentos y leyes de ejercicio claramente definidos en sus condiciones de parte de El Estado. Tercero que sea prohibido, terminantemente, la representación legal representates residentes en países distintos a la República Dominicana.

(Ojualá, Dios Mío, que a algún locutor o locutora, no se le ocurra reclamar que todo un Presidente Completo, como un Seenado y una cámara de diputados, sería demasiado para una pequeña isla, y pidan despedazar al Presidente, para proporcionarlo con el de un país muy grande).

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