miércoles, 17 de julio de 2024

ANTROPOLOGÍA DEL SEXTO SENTIDO

 

Desde los tiempos en los que el hombre primitivo desarrollaba su formato familiar en torno y al amparo de alguna caverna, mientras la división laboral llegaba a tormar forma, la madre quedaría obligada a tomar previsiones frente a las amenazas externas, Cuando una bandada de bruitres, lauras o zopilotes  surcaban los aires, su vuelo, aun muy elevado, muy a lo lejos, cuando era percibido tras algunos distantes indicios, apenas registrados por sus oidos o la vista, mas quedaba algún registro que tras los tiempos, se habrían configurado esas relaciones remotas pero  permanente correlacionadas. 

El cerebro de la  mujer que quedaba al resguardo de la cria, fue asociando las señales del viaje de esas manadas con la respuesta de la llegada del padre de la cría que aparecía con un importante tozo de carne recogido, fuera ya como carroña, que obviamente habrian detectado, también la manada de carroñeros. 

Esa asociación a partir de esa casi imperceptible señal registrada en la asociación cerebral de la mujer, aprendió, sin proponérselo, de modo inconsciente, a detectar, tras ese sentido de asociación de hechos apenas sensibles, esa "rara" asociación que, finalmente, como, inteligencia oculta, cultivó, a través de tiempos sin más cronometrías, 

Ese percibido "sexto sentido", que la inteligencia femenina recoge como necesario recurso que se aplica por igual, tanto para augurar el bien del almuerzo como la amenanaza de la presencia de las fieras, hienas, leones y otros demonios, también habrian sido aunciados del mismo modo, de la presencia de bocado en la zona, detectado desde muy lejos, siguiento estrategias inteligentes a partir de diferentes señales integradas. 

En mi particular caso, no me reconozco como dotado de ninguna virtud más  que corriente, tal vez más burda que las más comunes, pero, al menos, no me agradan las percepciones de señales percibidas que advierten a mi sistema el conjunto de signos que surcan los aires parecen dectectar turbulencias catastróficas, puestas a tono tras las revelaciones de supuestos errores de negligencias atribuidas a los equipos responsables de la seguridad de un candidato, expresidente norteamericano, sobre el que se augura el casi ascenso a la Primera Magistratura del Estado. 

Las conexiones de mis pobres instintos inteligentes, sin embargo, me provocan gran susto sobre estas advertencias, propias de la biológica sensibilidad femenina que a uno le brotan cuando está asustado. Algo de ese rasgo antropológico desarrollado como sexto sentido


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