lunes, 22 de julio de 2024

EL CASO TRUMP Y LA VUELTA UCRANIANA

 

La magnifiscente,-como quizás lo expresaría Donald Trump: "..the incredible and grandiose..",   e indiscutible y privilegiada ventaja con la que nos permitimos , nosotros, los fantasiosos "versogramadores"  aficionados, deleitarnos, sin tomar en cuenta la gene seria, analistas profesionales, matemáticos y cientificos expertos en guerras, balísticas y criminologías de altos escalamientos con los que cuenta el Estado Norteamericano, consiste en el derecho de corregir, enderezar y hasta devolvernos sin arrepentimientos ni vergüenzas, cuando  nuestros creacionismos, resulttan, cuanto  más rídiculos. Para ello  hasta contamos con autorizaciones, nada más y nada menos, que del respaldo cantinflatorio de la Real Academia Española, en su versión dedicada a los estudios de la lengua. 

Es así, y por lo mismo, que me las gozo leyendo cuantas versiones me resulten cada vez más intensamente, enigmáticas, vaporosas y hasta "cuánticas", al mejor estilo de las dudas de Heinsenberg, Einstein y los movimientos de Brown, que hoy proliferan entre las teorías de las inteligencias expuetas en las extendidas y veleidosas redes cibernéticas, tan faranduleras como atrevidas y aventuradas, pero de las que, nosotros, adivinadores consuetudinarios, capaces de "cualquier cosa", en materia de especulaciones, seguimos festinando nuestras aventuradas dudas, memorizados por ese sempiterno miedo a que los medios oficiales nos metan gato por liebre, nos metan más cuentos, mejor hechos, mejor fantaseados, mejor sometidos a los nuevos trucos de la artificiosa y maravillosa Inteligencia Artificial, capaz de dorarnos unas balas de plomo convertidas balas de oro, platino o de metales tan raros que nunca lleguen  a ser ideentificados.

Si las versiones esgrimidas para explicar la tratectoria de las balas regaladas  a Kennedy, con frecuencia fueron ubicadas e "identificadas", como servidas desde  La Habana, hasta el rifle de un desertor ruso Lee Harvey Oswald, no dudemos de que la bala que buscaba a Donaldo Trump, pueda haber llegado al rifle de ese muchacho escolar de mano de algún Ayatolah, algún palestino de Hamás o, mejor  de la mano de Putin, llegada por la "Vuelta Ucraniana".

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