martes, 10 de abril de 2012

ALFORJAS MULATAS

Cargaba toda la gracia en sus alforjas mulatas, pintadas de azabache mate, a contra luz mis ojos

Como rosas de un limonero en flor brillaban los blancos detrás de la carne de sus labios

Completos de color, excitados como uvas moradas repletas de hinchada madurez, derretían mis salivas

Rompían sus senos contra el valle de ternuras que los separaban la empinadura de sus parejos cerros 

Violentamente erguidos como cañones de guerra emplazados para desafiar mis estremecidas voluntades 

Mientras el redondo negro de sus ojos se oponía contra la porcelana blanca mojada de brillos 

Sobre sus mejillas encendidas de pasiones adolescentes al estallar como la madrugada de sus pestañas

Escoltados por los halos completos de la virginidad de sus cabellos cual mantilla de dignidad

Vencidos mis instintos sucumbieron, un colapso de sentimientos indomables condujo mis manos

Sobre su pecho hirviente como la sangre de mis venas se encendió contra mi cuerpo en llamas

Nos fundimos en un beso robado convertido en verdad eterna que nunca olvidamos y nunca renunciamos

Otras miradas, otras noches, otras madrugadas, otros impedimentos, otros desafíos vencidos

Sus gracias, sudores, olores, bendecidos por Dios quedaron volviéronse tatuajes en mis recuerdos

De vuelta reconozco cada comisura de su risa, su olor, su gracia, la miel de sus sabores, su temblor

El amor se purificó como los vinos abandonados en sus soleras, más tiempo más su virtud. La amo.

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