LLAMAS DE SOL

Las llamas de mi fuego penetrarán los páramos y tinieblas  de esta voluminosa noche
Estallarán los  fríos y sombríos acantilados que represan las corrientes de nuestros ríos
Convenidos por las cortes divinas en favor de ser olas de mares y océanos abismales
Vencedores de tiempos tormentosos, pastores segadores de cristales en cielos estrellados
Libaremos juntos el dulzor de espumosos fermentados en renuevo de un jugoso recuerdo
Valedero como el estruendoso bouquet del descorchado en solemne ovación al concierto
De pares consumados en la sola utopía de la purificación divina, de ninfas y unicornios
Promesas y esperas de guerreros conquistadores de reinos lejanos, de mar sin costaneras
Embargados como lagunas nos encontramos rodando como azar de los cielos y mi dicha
Suerte divina es tu respiro que salva y da vida al espíritu de mis días, al sol de tus llamas
Explosión de razones, ondulación material de gracias de mujer de carne y divinidad.

  

TATUAJE ESPIRITUAL

Tu boca resumida en portal de juguetes y pétalos húmedos,
 Jasmines tiernos, de néctar y nerviosos aleteos de mariposas
Muda, acosada entre la mía hierve, se revuelve en su silencio,
Impulsa mis espíritus el tremolar enloquecido de tu vientre 
Desatada avalancha conmovida en pálpitos de claros recuerdos
Decenios consumidos a saltos y conjeturas sin conjugaciones\
Supuestos indeterminados, amor en desbordes y derroches
De mieles y portentos de pasiones sobre vértices del robledal
Este convivio nos vierte atemperados, vino ritual de comunión
Rosa de perlas en filigrana dorada, relucen el candor de tu mirar
Tu voz timbrada en cuerda al diapasón de fresca virtud al pasar
Pasarán los dioses muchas horas encumbrados en sus altares
Las nuestras las miran desde los altos soles de este encuentro
Confidentes sumidos en tus gracias, escándalo de luna nueva
Me confieso retenido a voluntad de tus espasmos puberales
Siempre siervo de la cadencia de tus caderas y caprichos
Tatuaje espiritual eterno que vistes mis puros pensamientos
Lego a tu nombre mis completas fantasías y entregas de amor.

HOLA, JAQ

Bajo el intenso ahumado  aun arde la sangre del cañaveral

Huele a meladura de guarapo y sudor de amores dulces 

Tránsito ancestral de inicios y ritos convenidos por dioses

Me confieso comprimido a suerte culpable de ser pecador 

Albañil de mi cárcel, condenado sin redención ni indultos

Sin ahorros, virtud, dotes ni tesoros parafernales a la vista

Solo restan a mi nombre los breves días que Dios conceda

Lego a tu nombre la mirada cósmica de una tarde iluminada

Cándida como como luna que se duerme antes del poema

Crisol de una soledad espiritual consumida en versos rotos

Despedazados contra la pared de de vientos y tormentas

Eternales como suerte de mendigo desvivido bajo la lluvia

Te miro, siempre florecida, orquídea fresca de invernadero

Preservada a los altares celestiales, huesped de La Dicha

Pregonera del soplo cósmico que surte el espíritu de Dios

Bendecido sean tus nombres y senderos, la luz que te baña. 

 

POEMA DEL SALUDO

Ruego a los dioses por la salud de tu ojos
Tu mirada sentida como flechas al blanco
Atravesadas más allá del punto en la diana
Cruz de un silencio sorprendido, despierto
Al calor luminoso de un chorro deslumbrante
Sol de intenso amanecer sin cerrar el otoño
Me grita el bien del perfumado de tu voz
Remota fantasía del pensamiento ilusionado
Por el cristal de tu sonrisa de vivos contrastes
Conchas perladas en reluz contra las rosas
Profundas de tu boca interna del bosque sepia
De tu rostro encarnado en tu fiera belleza
De cachorra expuesta al calor de humores
Hirvientes como sangre de adolescencia
En curvas y flexibles caderas por consumos
Vinera de aromas vaporosos para encoparse
Canto y brindo al día que tu  salud saluda
Brindo y ruego por que me miren tus ojos.

FRUTO DE ÚLTIMA FLOR

A la estatura inconmovible de tu espacio, ceiba de ir al Cielo
Humillo la cerviz por mi adoración por tus divinos signos
Templos de fueros libertarios y poderdados del Gran Dios
Deja fluir los torrentes sensuales represados entre  cerros
Solemnes, compulsados por errantes demonios de desiertos
Sediciosos, sin glorias ni reinos, sin estirpes ni heredades
Nos conminan temporadas relucidas de flores y mariposas
Sinfonías de pájaros multiplicados y gatas madrugadas
Mieles de frutos mordidos, arcoiris y rocíos tempraneros
Corean avemarías de sol  a luna al anuncio de tu voz
Esperan tu sonrisa,  pasos y el salto concurrente del amor
Un grito de vientre que navegue en vitales espasmos
Como fruto de última flor recogido a sombra del otoño.