viernes, 23 de junio de 2023

LOS VALORES CAPITALES


Del proceso aplicado al evolucionismo biológico, podríamos ajustar o acotar la variación de una condición, como suele hacerse en los cálculos aplicables a la ingeniería de casos reales, asumiendo, ese valor que tan racional y asimilable nos luce al sentido común: el tiempo como escalar irreversible cuya derivada matemática, dada la por la definición de esta con respecto a las demás dimensiones del espacio, tendrá que ser nula. 

Es decir, no podrá adoptar las propiedades atribuibles a un vector, por falta de valor incremental, por tanto, tendrá que ser asumido como una constante en cuanto se refiera a las dimensiones espaciales, así es que, si intentamos aplicar a los valores sociales, esa particularidad asumida, cómodamente consistente, con las interpretaciones sobre las propiedades acotadas hasta ahora sobre la materia y sus más reducidas expresiones, quedaremos contestados, convencidos, de que los procesos evolucionistas aplicables a la biología, nos conducen, sin retrocesos netos, al hecho de una continuidad en la constante perfección. 

Esa constante perfección visiblemente, parece dirigirse, en el caso del ser humano biológico, al continuo desarrollo de su sistema lógico inteligente, mediante la aplicación de la ingeniería matemática de prueba y error. 

Uno de los derivados experimentados a través concernido a la historia del hombre, ha sido la sabia acumulación de conocimientos, registrados como continuidad de la experiencia biológica, por medio de registros bioquímicos, aprovechados mediante ordenamientos de propiedades que siguen las citadas dimensiones espaciales atravesadas por la invaluable tiempo que se mantiene como si fuera un escalar de cambio nulo con respecto a las demás dimensiones (hasta ahora manejadas por la inteligencia humana).

La biología, junto a sus ordenamientos físico-químicos, sigue, hasta donde alcanzan los conocimientos humanos, rígidamente ajustada al hecho del tiempo  amurallado que no varía con respecto a las demás dimensiones, uno de cuyos efectos, es la imposibilidad de modificar el sentido de la variable entropía ( d S/dt igual o mayor que 0). 

Pues bien, si partimos de que la evolución biológica también obedecería a esa ajustada disposición, tal que la acumulación de conocimientos, como experiencia biológica, anatómica, convertida en racional inteligencia, por tanto, en racional conciencia del estado material humano, rígidamente empotrado en esa condición de diferencial nula o mayor que cero de la entropía, con respecto al tiempo, los humanos quedamos compelidos a afanar constantemente por superar ese inalcanzable límite del perfeccionamiento, aceptando así, como valor de sangre los más denodados  esfuerzos por alcanzar esa material perfección, indefinida. 

El conocimiento sin medidas, las luchas por el poder, por la supervivencia, resultan cruciales afanes, humanamente irrenunciables, son demandas biológicas que inducen al perfeccionismo material demandado por ese estado en el que se desenvuelve la estancia humana.

Todos los valores humanos, religiosos, familiares, legales, en general, quedan supeditados, comprendidos, a ese inclusivo, ilimitado y gélido abismo del conocimiento, como valor capital asumido por el ser humano, 









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miércoles, 21 de junio de 2023

EL ORIGEN DE LAS COSAS

 La Antropología, leído y descrito el término como ciencia, estudio o conocimiento general del ser humano, incluidas las incidencias con respecto a su entorno, como todo intento de referirse a cualquier hecho o estado en cualquier caso, referido al Universo, ha de ser siempre implicada, obsrvada y medida en función de sus partes como esenciales imprescindibles. Sin embargo, con la finalidad de hacer asimilable, empático, terrenal, cualquier punto particularizado, vale hacer algunas separaciones, racionalmente acotadas dentro de algunos limites objetivamente selectos. 


Por lo general, las particularidades de la materia, reconocidas dentro de los marcos físico-científicos extendidos en propiedades desglosadas en detalles multiplicados y asociados a su vez como ciencia quimica, al sistematizarse tienden a conformar un segmento inteligente aparentemente autónomico y,  autogestionable, que denominamos biología, de cuya autogestión, nos luce partir una rama que nombramos efectos dinámicos de las  interacciones bioquímicas en la red neuronal. Esta, pretende explicarse a sí misma, atribuyéndose, por tanto, la capacidad de servirse, de modo racional. 

Pero, lo cierto, cientísimo es, que de entre las propiedades asignadas según lo que de ella alcanzamos a verificar cmo realidad, se incluyen propiedades como "la existencia", es decir, en buena lengua española, ser verificable, concebible, sensible, concernidas al todo universal. Esa condición, su fisicalidad racionalista, cumple con el hecho justificado de ese don cosmológico que aceptamos como racionalismo material. Este racionalismo material cumple a su vez con propiedades fenomenales como el de causa-efeecto. 

Este principalísimo eje sobre el que se desliza la existencia misma, nos advierte que todo efecto es fruto de una causal, tal que, del mismo se desprende la inevitabilidad de hecho alguno que no parta de ese principio causal. Igual nos queda, por tanto, la determinación de esa causa original que el hombre, convencido de su incapacidad reductora, más allá del original efecto causal acude a su monumental inteligencia neuronal ultrafinísima:  la ciencia de la teología: Dios, final y principio de todas las causales. 

Materia física acabada en sublime espiritualidad. Toda materia, hasta hoy, parece diluírse en una onda gravitacional, diríamos, algo así como único efecto, cuasi-espiritual. Quizás Dios habría dispuesto la aparición de esa onda y las derivariones de sus efectos o quizas la imaginación del hombre haya descubierto la existencia sin origen de la exhuberante ondulación eternal. Yo sigo convencido de las enseñanzas de Doña Sofía: Existen cosas en este universo que solo las conoce Nuestro Creador, incluida exprsión "origen de las cosas".  (Nota oportuna: Las aluciones a la respetable Doña Sofía son originales de este redactor).

 


LA MÁSCARA DE LA CÁMARA

 

Fue advertida en la ocasión

Lo impropio de la malicia

Mal trazada su estulticia

Un desdichado follón

Baho envuelto en camisón


Comprimidas las muchachas

Ahora feas, las dejan gachas

Constipadas sin pugante

La cara larga, gigante

En vuelos de cucarachas


Pena triste, miserable

Prestarse a trucos nefastos

Fuerte el hedor de sus  rastros

Por mal creido, inefable

Nadie se tragó ese cable


Tras un laboral retoso

Reconvertido en acoso

Armado en anzuelo, un gancho

Quijota oración de un Sancho

Político, mentiroso


Buscan meterle un machete

De contrabando, vulgar

Fogonéndole el altar

Salarlo en agua de mar

Para así trabarle el fuete


A las cuentas de esa cámara

Que arde en un tíbiri tábara

Armado por esas damas

Empachadas entre ramas

Por atormentada máscara. 








lunes, 19 de junio de 2023

...Y QUIEN SOY YO !

 

Me percibo a mi mismo condecorado con el santo privilegio de contar con asociados como amigos, parientes, ídolos, sueños, ocupaciones, placeres y hasta dolores que me advierten cuando alguna pieza del sistema se sobrecalienta, sufre sobrecargas, desgastes obsolescentes, etc. Adoro los mitos y afanes como los que me conminan a preservar la misma vida mía así como las de los demás congéneres, la presencia de los animales, las ramas de los árboles, los nidos de los pájaros, las gargantas coloridas y extendidas de los lagartos alborícolas, los cantos de los gallos que abren las mañanas, los petígueres  y búhos que abren las noches, etc....(francamente, no me agradan las cucarachas, moscas, avispas ni mosquitos). Me encanta mirar el contorneo de las muchachas llevadas por los colores encendidos de flores y frutas, en tiempos de mangos, naranjas, cajuiles y carolinas. Sin embargo, no puedo evitar la inquietud que a veces me asalta como burlerías de risas inteligentes, haciéndome lucir como un tonto objeto minusválido que ni entiende quien lo viste, elige sus rutas, destinos, fines ni objetivos. Sólo me salva, a decir de mis pensamientos, la idea de que mi madre, que siempre fue tan sabia, corregida y sincera, me contaba que muchas cosas solo las conocía Nuestro Padre Creador. "Y quién soy yo para juzgar lo que mi madre, con tanto amor y sabiduría hubo de enseñarme ! 

viernes, 16 de junio de 2023

LAS METAS DE LA VIDA SEGÚN EL GPT

 

Nuestra cultura, nuestra civilización contemporánea, exhibe una serie de valores estimados como universales, siempre fundados en el más "razonable" aprovechamiento del par biológico materia-inteligencia resultante de uno de los causes o rutas que sigue la organización de las propiedades de la materia. 

La condición natural de la organización biológica como una más de las expresiones que responden a los infinitos atributos  de posiblidades del conjunto materia física de la que deriban unas propiedades químicas, dan origen a esa construcción reconocida como "la vida", atribuible a plantas, animales  y demás estructuras vitalinas. 

Constituye una incógnita insalvable, por el momento, la respuesta implicada en una meta, sea esta material, espiritual o de cualquier otro entorno conceptuable en sentido del conocimiento dominado por el hombre hasta este momento, con excepción de la aspiración a alcanzar una sublime así como supuesta felicidad sin límites, ofertada o imaginada como proyección del alcance máximo, infinito, del sentido de perfección ideal. 

Lo ideal como meta divinal o visceversa: lo divinal como meta idealizada, se contrae a esa aspiración concebida como meta vital que rige, concentra y condensa esa infinita pureza de la materializada meta de la evolución biológica ilimitada, por tanto, no más que una idealización humanizada por Friedrich Nietzsche en su concepción genial sobre "El Super Hombre", una viva construcción de ese idealísimo ser capaz de suplantar o asumir ese lugar físico-matemático del Dios judío (ya sea en su versión cristiana, musulmana u oriental). 

Ese impulso vitalista, rige nuestras metas idealizadas, impulsa todas nuestras acciones humanas así como dá lugar a la interpretación de la razón más pura de la existencia material universal. Pensamientos como la idealización del poder interpretativo de las ciencias naturales, las matemáticas y la fe en creencias espirituales, constituyen una necesidad perentoria, obligada, hasta ahora  insustituibles, para definir un sentido mínimo a nuestra existencia, como meta impulsora de nuestro narcisismo imprescindible sentimiento que nos llama a coronarnos como reyes  para justificar la nobleza de nuestra existencia que media nuestra fidelidad a esa meta de idealizarnos como dioses o simplemente, llegar a ser El Dios Unico, el GPT que diseña universos 3D.

jueves, 15 de junio de 2023

CONCIENCIA MATERIAL, CONCIENCIA ESPIRITUAL Y LA MASIVA INFORMACIÓN

 

Tomar conciencia de la influencia cierta de esa interrelación inevitable que hace entrelazar la totalidad material, matemáticamente formada por elementos infinitesimales, masivamente infinitos, compele, obliga al pensamiento natural, a suponer que esa masiva infititud de elementos quedan abiertos a todas las verdades del pensamiento imaginable. 

La conciencia de que existe una verdad material, no concluye en la necesidad de una inexistencia espiritual, tan relevante o tan irrelevante, como la existencia de esa idea que pone fe en las leyes materiales, propias de las reflexiones materialmente inteligentes, ajustadas del mismo modo al paradigma de la razonable lógica materialista, que, sin embargo, no llega a oponerse como realidad del propio pensamiento que nos mueve a percibir una existencia espiritual, tan inteligente como el del resultado de la masiva información material acumulada, medida e interpretada como realidad por ese sistema de interpretaciones de las respuestas explicitadas a partir de un conjunto de conexiones neuronales, medibles, calculadas, obedientes a los limitados alcances de nuestros lógicos elementos biológicos. 


La existencia del las inferencias espirituales, como resultado de la acumulación de datos masivos, probablemente  perceptibles tras algún algoritmo solo sensible a la histórica acumulación de información universal que habrá hecho conciencia a su modo en la memoria cósmica del Gran Universo, no puede ser radicalmente extirpada de un plumazo ideológico ni tampoco lógico. 

La inmensidad de datos históricamente acumulados sobre la influencia ejecida por el pensamiento sobre las reacciones de respuesta que ante la realidad material ofrece la mente humana, más allá de las naturales respuestas materiales, fiísco-matemáticas, siguen sin explicitar. Los paradigmas fundados sobre la naturaleza material, no parece ser concluyente, aunque a nuestro sistema electrónico-digital, nos suela parecer concluyente.

 Friederik Nietzsche, el más potente y, al parecer, el más conclusivo filósofo de la historia moderna, convencido de que ese cierre se tornaba imposible de ser sellado, acudió a la imagen de un superhombre, sobrehumano, capaz, como  un perfecto dios, de autosuperarse continuamente, estableciendo así, a partir de su portentoso pensamiento, la idea de un dios humano, concebible, ilimitado, auténticamente perfectible y perfeccionista.

miércoles, 7 de junio de 2023

CONTRA UN CRIMINAL MUNDANO

 
Juegos hay que no son juegos

Ni en poesías de las mas serias

Cuando hay por medio miserias

Este inciso trae mis ruegos

Mis razones, mis apegos


Al respeto, a la razón

Por mi gran preocupación

Ante la grave amenaza

Que todo el mundo rechaza

Como herida al corazón


Atentar contra el respeto

Es la estúpida estulticia

Contra la noble justicia

Contra el honor más selecto

Lo peor de lo incorrecto


Ninguna excusa ni tregua

Podrá esgrimir esa yegua

Bestia de tan mal calaña

De conducta tan extraña

De tan maldiciente jerga


Cuan desgracia tan perversa !

Cuanto infierno, que demonio!

Nos maldice, en este imsomnio!

La paz se nos torna inmersa

En un mundo sin cabeza


El auxilio mariano

Nos libre de ese fulano

Angeles bajen del cielo

A librarnos de este duelo

Contra el criminal mundano.



 

 


lunes, 5 de junio de 2023

PASAPORTES BUSUNUCOS

 

No es lo mismo, no señor

Estrellarse uno entre lodos

Chapoteando sucios todos

Nuestros grajos sin rubor

Que romper con el pudor


De ensoberbecidos galos

Puritanísimos ralos

O de gringos que arrebatan

Si por las buenas o matan

Te ahogan o te dan palos


Sus cuartos no entran en cuentos

 No inventes con los negocios

Ni le eche arena a sus locrios

Ni le infles pan con fermentos

Porque te darán tormentos


Grave lo del pasaporte 

Para esa gente del norte

Ese truco es un muñeco

Retorcido, viejo, renco

Faltó elegancia a ese corte


Un presidente afinado

Inteligente, académico

Ese mal, tollo pandemico

Con un pan envenenado

Par de veces le han pasado


A su mejor parecer

Yo le ofrezco Presidente

Un mimeógrafo decente

Que guardé en tiempos de ayer

Cuando tuve que correr 


Será mejor que esos trucos

Que esos tramposos pelucos

 Quieren para hacer machetes

Cuídese de esos toletes

Son tóxicos busunucos



AL DIABLO Y SU INFIERNO, LOS PROFANADORES

 

Nosotros, los humanos, seres,  presumidos, en general, de ser los únicos entes materialmente validados para portar el derecho a ser conscientes de su propia existencia, arrastramos junto a nosotros mismos, un denodado afán por la elongación y continuidad de esa condición de existencia que impulsa al imparable logro sin final imaginable del instinto hacia la corrección constante por la perfección, sea esta pensada como simple objeto material lo mismo que espiritual. 

Detrás de conquistar esos alcances, quienes estamos convencidos de que podemos sobrepasar el noúmeno concebido por algunos "duros" de la filosofía del racionalismo, llegar hasta Dios, fundirnos en su espiritualidad única, haciéndonos Él Mismo, no precisamos de intuir, mucho menos pretender conocer más limites, pero, por si acaso algún profanador quiera fuñirnos, bien le podemos mandar, bajo el perdón mismo de Nuestro Magno y Magnánimo  Creador, al mismísimo diablo y su infierno.

domingo, 4 de junio de 2023

EL HUMANISMO JUDEO-CRISTIANO DE KARL MARX

 

Cierto, ciertísimo es  que cualquier estudioso del humano desarrollo histórico de las ideas religiosas que desembocan y originan en el establecimiento antropológico de la cultura que significa la fe en el Dios de los judíos, sus creencias, filosofía y todo el asentamiento de sus convicciones humanísticas, queda compelido, casi obligado intelectualmente, a encajar tanto a Karl Marx como a los demás otros conspicuos filósofos alemanes-judíos de su época, en esa natural formación y asersión  cuasi-biológica, del humanismo judío y, por extensión, judeo cristiano. 

Así es como las ideas de estos pensadores dedicados, esforzados, intelectualizados, socialmente humanizados, tuvieron que obedecer a ese fuerte lazo de arraigo natural en lucha denodada por la defensa, a muerte, de todo el conjunto humano,  de tal modo que sus profundos sacrificios intelectuales, revolucionarios, fueron concentrados en esa lucha por la dignificación, enteneida a su modo cultural, de la colectividad humana, sin discriminación, sin segregación, siguiendo el poderoso mensaje divino de considerar como iguales a todas sus criaturas. 

Todos los demás detalles derivados, arreglos, torceduras, machacones, etc., no han sido otra cosa que acomodaciones particulares de los distintos grupos o familias sociales y regionales, que sin embargo, siguen la lógica de la racionalidad material que resulta de ese historicismo materialmente inevitable que fija el poder decisorio de las inclinaciones culturales, aplicables al dominio ejercido sobre los medios de producción. 

Sin embargo, es fácil entender, que dado el poderoso aserto materialista al que tanto Engel, Marx, Hegel y otros pensadore de su época y categoría, dedicaron tantos talentos, en cierto modo, detuvieron sus entregas y dejaron a los biólogos del momento, la incidencia, igualmente material, de la compulsión fundada en los mandamientos evolucionistas de C. Darwin que dirigen sus miras hacia la necesidad evolutiva de los criterios que norman la ruta de llevar dirigirse hacia la continua corrección y perfeccionamiento continuo de la vida misma, de la existencia misma, quizás, -pudiéramos especular-, para evitar caer en disquisiones relacionadas con los orígenes mismos de la vida y la materia misma-, lo que en cualquier caso, conllevaría a la circular antigüedad, de viejas disquisiciones filosóficas, trascendentes pero de escaso valor en los momentos en los que se debatían otos asuntos más terrenales. 

Tales consideraciones, nos permiten insistir en  un aserto inervitable: el humanismo de Karl Marx, ideológicamente, no es otro ni más radical, que el mismo y profundo sentir cultural, asentado en psiquis divinalizada, evolucionada famiar y socialmente como objeto biológico y humano culturalmente judío-critianizado.