Angel sexuado llegado de los confines del Asia en alas morenas
Desnuda voz de adolescencia que vibra en cuerdas sorprendidas
En la mirada de los siglos calculados en cada palabra del deseo
Tras improviso encuentro para una tarde de breves humedales
Libros y promesas, acuerdos y desacuerdos, ritos de estudiantes
De manos en tremor, plumón de paloma que hace nido en la mía
Pecho disparado en pareja de lanzas a la diana del ojo encendido
Viva memoria, blusa en sutil escándalo bajo dos puntos del kaki
Creció la libido vital, perdura en los hilos del pensamiento vivo
Perduran crecientes los opuestos de polos biológicos perfectos
Han templado los supuestos naturales bajo la fragua del tiempo
Refulgen, sin embargo, los brillos de las complejas razones
Continentes reflejos de la vida resistida a la vencida y al olvido
Solo tu silencio amenaza la siega de las mieses de nueva luna
Cuando apuran las sabias de otoños detenidos en brisas tibias
Abiertas a las luces de ventanales verdes, rojos y amarillos,
Saturados de mieles los panales, cuando han volado las crisálidas
Aun nos quedan alas para volar sobre el bosque de los manzanos
Retomaremos los fermentos de frutos prohibidos por El Cielo
Hasta la ebriedad de noches alargadas por ponientes tempranos
Contra los signos de demonios, contra los conjuros sociales
Cómplices de mentiras y arrebatos anti-naturales, contra Dios
Contra la oscuridad universal, contra los fríos de El Cosmos
En fin, contra los muros y sus cerraduras, a luz de Sol
A favor del amor que fragua y templa a yunque y martillo.
