viernes, 14 de julio de 2017

OLORES QUEMADOS

Las plomadas de tus recuerdos gravitan sobre cada respiro
De mis intensas madrugadas, densas como odre de minero
Amenizado silencio me late y retumba de pecho a espalda
Entre los claros de mis ilusiones, añoranzas y fantasías
Burbujean las letras iluminadas y líquidas de tus nombres  
Por las floridas interfases de mi nombrada narcolepsia azul
Fluye diluida la imagen nocturna de tus ojos y cejas grandes
Y tu mirar abierto que se tragaba el mundo una sola ojeada
Recocía mi voluntad en la resignación de inalcanzable gloria
Vencidas y cansadas mis rodillas rinden culto a tu santuario
Divino, exaltado ante los dioses de cada rincón del Cosmos
Yo, condenado sin suerte, reparos ni elegibles constricciones
A tu razón entrego mi única suma de dignidad: mis ruegos
Por mirar una tarde desvanescer sus rojos contra tus labios
Tan próximos al calor de mi aliento como brisa de verano
Ardiente en sus olores quemados en la caldera de mi pulmón
Húmedos y asfixiados en lentos respiros blancos  y libres.


  

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