Mascullaba entre salivas mi asombro entre lascivias, fríos de piel y calor de mente
Estremecida. Esquivaron sus pasos la ruta inminente del encuentro y sus ojos mis miradas
Rodaron por el suelo mis nerviosos deseos de acercarla hasta el tremor de mi entorno
Corté la respiración por un instante, encendidos mis arrojos seguí su diligencia casual
Eran los días lluvioso del verano lluvioso, escandalizaron las aguas mi presencia
Determinadas a espantarme de su calle final sin curvas ni salida, retornaba dichoso
Entre esperanzas, determinaciones y sustos del alma. La suerte apostaba por mi carrera
Santificada por la dulzura de aquel único cruce de miradas de estallantes feromonas
Puras, nuevas, cargadas aun de los aromas de la pubertad despedida sin celebraciones
Entonces, regresé hasta su portal cuando la noche declaraba los brillos plateados de la luna
Redoblados por la magia de tus ojos cuando al aviso vecindario de mi presencia apareciste
Ante mi, esplendorosa, recogida la voz tras unos gestos de mujer resonantes en mi piel
Lúdicamente mimetizados tus labios se desvanecían bajo el brillo húmedo de la joven pasión
Tintineaban en mi pensamiento los tonos ligeros de tus mejillas en el ir y venir de sus flujos
Aligerados por los pulsos acelerados de un corazón sometido a la confusa presión del amor
Raudas ondulaciones recorrían los flujos de todos mis sentidos ardientemente exitados
Oleadas de pensamientos más atrevidos que el pecado original secuestraban mis razones
Disparando chorros hormonales contra mi boca, manos, contra todo mi cuerpo tensado
Ríos viscosos como efluvios de becerro babeante bañaban mi cuerpo y espumaba mi boca
Intensamente deseosa. Permanecíamos sentados a semiluz en los contenes del andén
Guiñaba el ojo Doña Marina la vecina en su pasar de ir para volver con sus medio-saludos
Urgida de motivos para reportar las viñetas del romance armado entre él de 25 y ella de 15
Eran también las noches de mis libros, eran también las noches de mis luchas humanas
Zozobraron mis desafíos ante la niña, vulneraba su infancia, me rindió la razón, aun la sueño..
Estremecida. Esquivaron sus pasos la ruta inminente del encuentro y sus ojos mis miradas
Rodaron por el suelo mis nerviosos deseos de acercarla hasta el tremor de mi entorno
Corté la respiración por un instante, encendidos mis arrojos seguí su diligencia casual
Eran los días lluvioso del verano lluvioso, escandalizaron las aguas mi presencia
Determinadas a espantarme de su calle final sin curvas ni salida, retornaba dichoso
Entre esperanzas, determinaciones y sustos del alma. La suerte apostaba por mi carrera
Santificada por la dulzura de aquel único cruce de miradas de estallantes feromonas
Puras, nuevas, cargadas aun de los aromas de la pubertad despedida sin celebraciones
Entonces, regresé hasta su portal cuando la noche declaraba los brillos plateados de la luna
Redoblados por la magia de tus ojos cuando al aviso vecindario de mi presencia apareciste
Ante mi, esplendorosa, recogida la voz tras unos gestos de mujer resonantes en mi piel
Lúdicamente mimetizados tus labios se desvanecían bajo el brillo húmedo de la joven pasión
Tintineaban en mi pensamiento los tonos ligeros de tus mejillas en el ir y venir de sus flujos
Aligerados por los pulsos acelerados de un corazón sometido a la confusa presión del amor
Raudas ondulaciones recorrían los flujos de todos mis sentidos ardientemente exitados
Oleadas de pensamientos más atrevidos que el pecado original secuestraban mis razones
Disparando chorros hormonales contra mi boca, manos, contra todo mi cuerpo tensado
Ríos viscosos como efluvios de becerro babeante bañaban mi cuerpo y espumaba mi boca
Intensamente deseosa. Permanecíamos sentados a semiluz en los contenes del andén
Guiñaba el ojo Doña Marina la vecina en su pasar de ir para volver con sus medio-saludos
Urgida de motivos para reportar las viñetas del romance armado entre él de 25 y ella de 15
Eran también las noches de mis libros, eran también las noches de mis luchas humanas
Zozobraron mis desafíos ante la niña, vulneraba su infancia, me rindió la razón, aun la sueño..
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