Consta su recorrido en los signos cardinales de mi Cosmos
Estrellado de versos, estelas y fuegos de sí, mi misma verdad
Concedida de gracias y laureles, auroras, destellos y triunfos
Mundo en alumbramientos del pensamiento, juego y materia
Abren ríos y fuentes de marcas ancestrales, tatuajes de fuego
Metales servidos al rojo en sangre y aliento de generaciones
Inequívocos registros de papiros garantes del mismo Dios
Intenso manto color de reclamos, lucha, belleza y libertad
Reunidos bajo los palmares cantados por aves y reptiles
Bañados de flores y verdes en mares de bosques y lluvias
Silo de gracias y trazos, plasticidad conmovida en arte
De inmaculados cortes y filos de exactitud en los reflejos
Humana perfección del espíritu, acento y sabor de la vida
Reconstruida sobre el dolor, carretas y adoquines rotos
Yerto lecho de tragedia ida en humos a vuelta de primavera
Mi Laura reside en el calor, silbos y tinos de mis adentros
Prados de jardines llovidos de dichas en amuralladas rocas
Donde concilios de nuestra filia se yerguen en altares de fe
Al hilván de tiempos felices y encuentros a la puerta de Dios
Codos, fluidos y pensamientos, nidos del alma y mi razón
Todo mi cuerpo es portal del que partieron sus alas relucidas
Residencia y final de un destino conminado por los dioses
Para ser lo eterno de un mismo sol, misma lluvia, misma brisa
En temblor de imágenes puestas al sublime entraño patrio
Convenido desde el mismo Cielo con el Ángel anunciador
Del hijo sagrado, Salvador del Mundo, dueño universal
Así de mis cenizas y los vapores de mi alma mi niña es dueña
Ninfa unigénita de la pureza, concebida de titánida virgen
Poder concedido sobre los mares abiertos a mis mundos
Desde el valor libertario de su origen inconmovible y cierto
Entrañas libres a la transparencia, hondo nidal de diamante
Centrado en paradigmas de luces adimensionales, sin final
Taller de lucro, pulcro de veneración para astros y dioses
Arte terminado en la perfección de la paz a vista completa
Inflaman el fuego existencial y las razones de mis cantares
Ella está en el vértice de esta pirámide cierta y concluido
Cierre complacido en su existencia hasta mi lleno universo
Donde la expansión de mi dicha la complacen notas de su risa.
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