Asida al calor de las manos templadas de Camilo sube la Anna Sofía
Descubrió el ábaco de medir el cosmos en los hondos y surcos del Maestro
Albañil cosido al acero, náufrago sobrevivo al magma de concreto y sol
Tierno silbo de amanecer temprano hizo el pentagrama de su nombre
Punto y tono de recta sinfonía, verbo, juicio y trazados para ninfas
Su dios Camilo dictó cada precepto de virtud que navega sus mares
Selló tatuaje de agua limpia en los signos de su fortuna y palabra
Ella besó el tiempo de los mil surcos curtidos y tostados de su faz
Uno a uno descifrado desde los nobles códigos de escudo de familia
Contra el oro de la virtud transida en mercancía de kilates rebajados
Contra el vil bocado babeado de serpiente, contra carne madrugada
Enhiesta lanza en aristas de único diamante retallado sin manchas
Fuente orgullosa del futuro encendido de metas y universos infinitos
Camilo expande su templo en el alma sin bordes de Anna Sofía.
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