Busco arrebatar el derecho a leer las carnes de tus labios
La transparencia de comisuras y corrientes de tu sangre
Impulsos de alientos para tu imagen votiva, perenne
En la cendra inmensa de mis fantasías fijas en tu calle
Las fugas del pasar cada mañana, las vueltas de tardes
Redoblan marciales tus tacones sobre el noble andén
Al compás, golpes en mi pecho resuenan como tambores
Órdenes y sustos, frecuencias que vibran desde el alma
Anudan mis respiros con versos ahogados en silencios
Estatuados en los mudos cementerios de tiempos idos
Aguas pasadas, sendas agotadas, regresos imposibles
Dichas vencidas, solo estos estertores de ultimo aliento
Viajero que no rinde su barca ni atraca en desguazaderos
Soñador de siempre con volar las brisas de los albatros
En alas de la virtud inagotable del numen orgánico
Esencia verde de los prados, sol y gritos de vida
Diosa hembra llamada al mar de mi rumbo y destino
Multiplicaremos según el mandato de La Creación
Bajo la suerte expandida del amor dicho por Dios.
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