Sin deudas pendientes ni penitencias
Doy cuentas y arreo hacia las montañas
Lejos de infiernos, fieros y guadañas
De artes malas y oscuras residencias
Suerte y azar cuecen paz en mis carencias
Sin nubes plomadas ni acusados vientos
Ruelan contumaces ingratos eventos
Nada turba a mal del sol sus solvencias
Danzas y sonidos, relanzan mis signos
De esculpidos brillos donde sus presencias
Novan mis amores, curan mis ausencias
Nueve pentagramas cantan mis designios
Ramos son vertidos en inflorescencias
De eufonías perfectas y libres cadencias.
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