Entre congojas de versos que perecen agotados en la espera
Sobreviven ondulantes ecos y reflejos, imagen y pensamiento
Resiliados sobrevivos, renegados del fin, en reto al poema
Servido a la Aureola de tu nombre sutil, sepia incandescente
Se acomodan mis ansias a tus mercedes, reloj e inteligencias
Bastan un guiño cansado de tu mirada. un monosílabo de voz
Para mis ansias yertas tras la sombra de tus crines en cascada
Renegridas de oriente caribeño, miel caliente, guarapo y sol.