LA CREACIÓN TIENTE ALMA DE MUJER

A veces me ocurre al nadar bajo los profundos abismos de las memorias
Surgen desde los fondos y arrecifes diosas impolutas, lavadas de culpas
Pasajeras, conminadas por las bellezas de sus almas embebidas en la pureza
De historias talladas, templadas y afiladas como fierros de imperios orientales
Carnes de la vida y los versos multiplicados a las veras de frescos riachuelos
En mañanas neblinosas mientras los hilos del cristal divino aun despintaban
Doncellas maduras fueron, salmos y cantares de esa primavera y de este otoño
De piernas, caderas y vientres simétricos convertidos en cerros de los deseos
Montañas de nuestras voluntades,  vencidas o conquistadas con ayuda de Dios
Rogado en nuestras oraciones, servido de gracias y más insaciables demandas
Aconsejados en ritos originales de las noches abiertas sin cabrestos ni cencerros
A veces maldicientes, desprovistos de músculos para alimentar el bien divino
A veces al nadar bajo ese mar profundo de mis memorias descubro el hogar
De los dioses que florecen el mundo y La Creación tiene alma de mujer.