Agotáronse los bríos escandalizados que abrían los cielos y derribaban las nubes
Lejos quedaron las centellas que en segundos rompieron nerviosas las palabras
Chispazos de verbos rotos, inconexos, acusadores, eterna sentencia a mis culpas
Causa a vista perdida sin remisión, fuegos atizados por secos soplos sinrazones
No pierde el árbol de raíces verdaderas el verde perenne de su savia centenaria
Hogar fresco de brisas y lluvias, descansado regazo del sol, tardes y madrugadas
Despiertas en recuerdos inscritos de tu nombre trazado en esta arrugada corteza
En signos y versos del invencible amor de adolescencia que ama por toda la vida
Sin mediciones, reclamos ni contratos, a la pura suerte del abrazo imaginado.
Lejos quedaron las centellas que en segundos rompieron nerviosas las palabras
Chispazos de verbos rotos, inconexos, acusadores, eterna sentencia a mis culpas
Causa a vista perdida sin remisión, fuegos atizados por secos soplos sinrazones
No pierde el árbol de raíces verdaderas el verde perenne de su savia centenaria
Hogar fresco de brisas y lluvias, descansado regazo del sol, tardes y madrugadas
Despiertas en recuerdos inscritos de tu nombre trazado en esta arrugada corteza
En signos y versos del invencible amor de adolescencia que ama por toda la vida
Sin mediciones, reclamos ni contratos, a la pura suerte del abrazo imaginado.
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