Susto sublimado en dulce viscosidad de súbitos temblores
Húmedos que mojaron todas las axilas y manos, ojos y labios
Sentada sobre el silencio escondido de un árbol convexo
Bajo una cobija de sombras verdes en tremolina de brisas
Tarde de pájaros ruidosos, indiscretos, voyeurs irreverentes
Primer roce de labios, ternura y torpezas, carmín y blanco
Húmedad y vergüenza consumadas en confuso y ciego valor
Corazón en escándalo sin calma, jasmines encontrados en cruz
Es historia pura y veraz como cielo y tierra, hombre y mujer
Adolescencia que estalló contra nubes vencidas por la lluvia
Contra noches salpicadas de rituales reptiles y grillos gaiteros
Roncos ululados, todos invisibles, bastaba el sentido del amor
Asomaron junto a otros soles los ramos resecos por las secas
Quebráronse a fuerza de vientos tormentosos en pleno verano,
No subieron los himnos y cantos de la fe divina para el rescate
Reza la mística espera del catador de odres añejos sin vencida
Hijos de dioses en jurado desolvido, reharemos el beso primo.
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