Extendidas y profundas horas de meditación sobrepuestas en mi pensamiento
Se emparejan sin resquicios como lotes de láminas templadas al ardor de tu nombre
Flama que irradia los votos de mi fe jurada en este pacto de amor y permanencia
Insertos en los temblores entramados en mi pecho que se comprime en vacilaciones
Alimento servido al monstruo de las cobardías frente a los colores de las palabras
Cuando el valor y los itos del amor burbujearon los ritos coloridos las amapolas
Y así regresaron los pisos de flores y palabras vencidas bajo el denso de los tiempos
Brisas y lluvias de otoños hicieron rojas las correntías a los lados del camino muerto
Queda el murmullo grave, latidos que barbotean en el pecho los rezos de mis ansias
Goce fino, completo que emerge en imagen de la perfección concebida por los dioses
Erógena y exótica, elegida entre las primaveras de todas las estaciones del amor
Santa de mis devociones compelidas al grito contra los silencios de leyes siderales
Papiros petrificados bajo el peso de esfigies ancestrales erigidas por el hombre
Conminados a residir juntos hueso contra hueso, rostro contra rostro, en esta tierra
Bajo el mando cósmico una voluntad eterna y nuestra que se dilata pero se cumple
Polvo de esencia terrenal, fluido vivo de sangre y corazón, concilio de mis razones
Fúndese al calor de mi cuerpo, imaginación despierta, es siempre ella mi mejor poema.
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