Soy escanciario de versos tintados de profundidad marina
En tardes de balances entre brisas y Sol de los Muertos
Entreduermo mi embriaguez salpicada de salitre y espumas
Alucinado en reflejos rojos, leve trasluz de fosforescencias
Sobre risos orlados, las aguas temblorosas, miedo y ternura
Amantes desvanecidos en vinos, astros y noches nubladas
Profesamos amor de amaneceres en silencio de espíritus
Estiramos las horas del regreso para alejar la despedida
Frente a acantilados nos extrañan arenas y vuelos picados
Rumores de otro rumbo perdido entre bosques y otras aguas
Atracaré en sus desaguaderos triangulares verdes sin calados
Enjugarán mis vahos a escualos, mis piel, mis ayunos y sales
Mis doncellas, hijas encendidas por sirenas consagradas
Reinas destinadas al dominio de aguas, cielos y montañas
Oro un salmo marinero de una tarde a la noche y la mañana
Hacia el mar grande zarpa ya mi barca, él me espera aguas adentro.
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