De la noche estrellada hasta el sueño de un secreto amanecer
Mudarán su tibieza mis dedos entre tus cabellos y piernas
La humedad de mis labios destilará por tu cada comisura
De labios, cuello y pechos, todas las extensiones de tu piel
Descampado estrellado de cielo y noche abierta a tus voluntades
Abriremos los bordes a las pasiones contraídas en tus carnes
Derroche de calor liberado desde viscosos y fluidos humedales
De tus fuentes vírgenes, compulsada cisterna, vientre en derrame
Amor de altas temperaturas, sin tiempo, dolor ni miramientos,
Vulneración de pactos infligidos de dichos sociales y escrituras
Sin versos ni poemas verdaderos, sin luces de Sol de media noche
Sin ardor de amores tendidos sobre las hojas del verano en otoño
Transgresores de tablas talladas por dedos de dioses poderosos
Seremos frutal de virtud al amor sin límites en tu templo vivo
Libro de letras confirmadas en la absoluta verdad de los días
Cumplirá las promesas y testimonios de nuestra sangre
Fundidas en propósitos de siglos sospechados y profesados
Frutos serán tus senos para mordidas tempranas, mañaneras
Al tiempo de los frutos se habrán convertido en blancas alacenas
Seremos confesión de teorías demostradas, tesis y contra tesis
De la razón y la luz, de la dicha y la suerte de mis horas
Los infinitos de nuestros cuerpos serán carne, luz y verbo
Extendidos y eternos, tatuados en versos de nuestro poema.
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