miércoles, 30 de mayo de 2018

DALIO Y FERMINO

Dalio y Fermino, fueron los nombres de dos sobrsalientes estudiantes quienes habrían crecido a la par, cursaban el mismo último nivel de la Educación Secundaria Oficial, en el mismo Liceo de mismo su mismo poblado natal. Aunque no asistieron a las misma universidad, ambos eligieron estudiar Ciencias Físicas.  Tanto inclinó Dalio su vocación por avanzar tras las profundidades teóricas de la Física de la Materia Continua que hasta decidió aceptar una invitación de uno de sus más distinguidos  profesores, un cura de la congregación católica de Los Jesuístas a congregarse como miembro de dicha sociedad religiosa, de tal modo que ello le aseguraría, tiempo de ocio para dedicarlo a sus ideas, así como la oportunidad de servir como Profesor Investigador al servicio de  las  reputadas academias regenteadas por la congregación. El Hemano Dalio se convirtió en una celebridad como teórico de la Física Continua. Por su lado, Fermino había pasado a destacarse como sobresaliente investigador comercial privado dedicado al provecho de las aplicaciones físicas comerciales y especializadas en torno a la física de los núcleos atómicos  radioactivos. Complacidos, felices de haberse reunidos junto a algunos más de sus antiguos compañeros en sus estudios secundarios, pasaron revista a los recuerdos sobre sus tiernas discusiones relacionadas con las lecciones de física de aquellos momentos adolescentes. Ahora se hallaban bien afinados en torno a sus nuevos conocimientos. Fermino bromeó en torno a la fe y las leyes físicas en la que se hallaba imbuido completamente su amigo entrñable, Dalio, y le recordó que Dios había dejado sin solución a vista humana, el hueco de la incertidumbre cuántica. Dalio, con el mismo buen humor, le ripostó, adviertíéndole que solo se trataba de una broma para entretener a los ateos que se las pasan jugando a no tener fe en las verdad de El Poder Divino. Aprovechó entonces el momento para preguntar así a Fermino:  Entre las elegantes fórmulaciones matemáticas que sueles aplicar al ajustar la precisión de tus máquinas tan certeras e útiles, has logrado establecer  la conexión que te pemite comunicar las duplas electrónicas de espines contrarios ?  Femino fue rápido y certero al contestar; -Esa conexión existe pero ni Dios la conoce !. -Así es, Fermino-, contestó Dalio, humilde y satisfecho, pero si has perdido la fe, no pierdas la esperanza. Las Cuerdas que conducen la comunicación tan elusiva entre esos monstruos, es  muy fina y sutil, pero les tenemos los nudos bien armados y asegurados bajo guarda y garantías Divinas. .

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