jueves, 31 de mayo de 2018

LA PREGUNTA DE LILA

Descorría el calor las cortinas colgadas desde los dinteles de las ventanas abiertas. Era la temporada de las tempranas tardes húmedas, hirvientes, bajo los plomizos nublados del mes nono. Lila, una estudiante reconocida por determinada inclinación a incidentar las clases de los profesores formulando preguntas armadas para que no consintieran en ser resueltas con respuestas insaboras, levantó la mano en medio de la clase de Moral y Religión, mientras el Profesor Perfecto detallaba con prístina sabiduría filosófica los valores humanos que rigen en favor del respeto y la preservación de la existencia de cualquier especie viva hospedada en nuestro planeta y en cualquier parte del Universo. La pregunta de la adolescente Lila, iba en sentido de imaginar que el Sistema Solar pudiera concebirse como un átomo de los que formarían alguna molécula de entre todas aquellas que a su vez conformarían algún conjunto de proteínas contenidas en células de distintos organismos capaces de formar sociedades entre sus congéneres. Ante los pesados augurios meteorológicos el Profesor determinó que no existían condiciones para atender a dar respuesta a preguntas nubarrosas que bien podrían precipitar en tormenta la Ira Divina, por cuanto, quedaban suspendidas las clases por el resto de la tarde. Entonces los alumnos fueron liberados de obligaciones por el resto de la tarde y despachados a sus hogares, exceptuada Lila, quien fue referida a la Dirección Escolar para que fuera confesada por el Preceptor Escolar, Padre Jesús de Torquemada.  

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