martes, 15 de mayo de 2018

LOS VALORES EN CRISIS O CRISIS DE VALORES



Harto conocido es que entre los mecanismos evolutivos de reparación, renovación y acumulación de experiencias que favorecen las inclinaciones naturales y divinas de La Creación, median el nacimiento, la reproducción y la muerte. La muerte signa el desastre casi total de las estructuras fisico-químicas y biológicas que sustentan el proceso de la evolución y sus acumulaciones de experiencias transmitidas y registradas a través del proceso nacimiento, crecimiento y reproducción. La muerte, sin embargo, es el signo que indica la necesidad de ceder el "testigo" al relevo que nos espera. Ese paso de testigo, sin embargo, se acerca cada vez en la medida que nos acercamos al relevo y la sensación natural es de que cada vez el tiempo acelera con mayor vigor (hasta en cosmología y las teorías de las expansiones ondulatorias esa sensación tiene nombre y es medible). Así que en la medida de que la aproximación al relevo toma ocurre, todo lo que avanzamos (cada vez más lentos y agotados en verdad), nos parece desastroso, lo peor, precisamente, lo que nos acerca a la descalificación, la terrible muerte. Así que el tiempo que nos queda aun para pasar balance, se nos viene encima como si el cielo bajara a aplastarnos, de modo que al ponerlo frente al hecho del nacimiento: lo máximo, lo feliz, el tiempo inicial, colorido y fresco como primavera de dura eternamente, esa comparación nos llena de frustraciones, sobre todo de mentiras emotivas. Tuvimos,-eso sí que no me lo discuta nadie-,  la novia más joven, bella y tierna, mientras ahora nos acosa una doña repleta en experiencias y  dispuesta a descontruírnos cualquier logro virtuoso que como galán quisiéramos exhibir y vender. Entonces comienzan a verse revelarse ante nuestros ojos, pensamientos, oidos y demás sentidos, con abundancia extrema "la pérdida de valores", el colapso inmimente de la hermosa sociedad familiar, la pérdida inminente de las atenciones maternas y otros tantos. Todo nos luce fracasado, terminado, devaluado como hojas secas al viento o simplemente humus que se evapora. Entonces pasamos a contar afirmando con nostalgia "ya el profesor Feliz Pérez no es el mismo que tantas cosas nos enseñaba"   (Claro está, como no va a ser ? el de hoy sabe más, enseña más y mucho mejores y nutridas son sus experiencias). Sin embargo, nosotros añoramos al novato recién egresado, cuando la verdad es que quienes han aprovechado el maximun de los afinamientos de sus conocimientos, han sido sus últimos alumnos. Así contamos hoy con mejores y más modernos empresarios, gobernantes, papas, pastores, profesores, comunicaciones, medicina, hijos, nietos y hasta mejores abuelos.......Los valores del proyecto humano, natural o divino sigue un rumbo dialéctico como lo manda Dios que nos crea siempre con indice de errores "nulo", si lo duda alguien, consúltelo con el gurú dominicano de la Calidad Mundial, Gilberto Martínez quien todo lo pone en números sigiendo normas y fórmulas de ISO
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