Mi madre fue más dichosa, decía, por ser mi madre
Tanto lo repetía hasta convencerme yo de sus razones
Fui la flor de sus amores, de su vientre divino y tibio
Su patio de la casa era un jardín de rosales y cigarrones
Húmedos de rocíos espejados por alas de mariposas
Ella entonaba oraciones musicales a plantas y flores
Sonreía dichosa a las inflorescencias del nuevo día
Mi madre dejó su aliento en las flores de su jardín
En los tonos de sus oraciones santificaba mi nombre
De la casa y su jardín, ella fue la flor más bella.
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