domingo, 24 de septiembre de 2023

CULTURA GUERRERA IMPORTADA DESDE KENIA Y NIGERIA: BOKO HARAM

 

La oferta, escogencia, envío y, al parecer, inminente llegada de una fuerza militar invasora procedente desde territorios africanos implicados en complejos conflictos civiles, interfronterizos, religiosos, económicos, liderados por ejércitos interrregionales e internacionalistas de complejísimas composiciones que abarcan liderazgos de combatientes que acumulan armas, soldados e inmensos respaldos económicos, culturalmente diseñados militarmente, para combatir siguiendo programas sociales, geopolíticos, religiosos, sin fronteras, activos en conflictos protagonizados en escenarios de intereses tan intrincados como los llevados a cabo en el Kurdistan, Siria, Turkía, Líbano, Palestina, Kenia, Sudan, Libia, Irak, Afganistán, Burkina Faso, Marruecos, Indonesia, Albania, Ucrania, Europa, Marruecos, Yemén,  Angola, es decir, en casi todo el mundo Africano y Euroasiático, cierto, ciertísimo es que desde  antes de los escandalosos derribamientos de las Torres Gemelas, escenificadas contra el corazón comercial de Estados Unidos y el mundo occidental, ya se conocía que estarían trayendo hasta el continiente americano, el gérmen de esos conflictos, que en última instancia, constituyen realidades internacionales de las luchas de clases previstas por los teóricos sociales, que protagonizan el mensaje social sobre las confrontación de las luchas de clases. 

Cierto, ciertísimo es que el haber mandado a buscar y recibir  como de regalo, los protagonistas de esos complejos conflictos, para que lleguen a la Isla Hispaniola, hogar de las repúblicas, República de Haití y República Dominicana, que comparten, desde tiempos de la colonización, el dominio de este territorio común, con sus naturales conflictos históricos, resueltos, alguna veces con sus malas crianzas, pero siempre reueltos, es una imprudencia, una amenaza de escalmiento innecesario de las malquerencias internas, que bien puede asegurarse que se extenderá, como ya se reconocen indicios reales, a las intromisiones culturales de las nuevas corrientes culturales, místio-religiosas, guerreras, propias de esas modalidades de luchas que hoy son escenificadas en toda la geografía de los territorios citados. 

Nuevos métodos que ya son citados por los reportes nacionales tanto desde la prensa dominicana como la prensa haitiana, desde las que se dan cuentas de la capitalización económica aplicando violentos métodos de secuestro, reclutamiento de niños y jóvenes escolares, adolescentes, para incorporarlos a la guerra militar y política, práctico modo de operación característico del activismo de los ejércitos africanos, ya bastante recurridos hoy en día, en algunas regiones por los activos ejércitos antes citados. Parecería que las  nuevas fórmulas procuradas tras las propuestas ofrecidas en estos momentos por varias naciones, procuran agudizar las prácticas importadas desde los ofertantes africanos, especialmente, desde Kenia, uno de los baluartes más activos  de Boko Haram y sus asociados, militantes entrenados en esa modalidad de las confrontaciones geopolíticas, reconocidas y descritas hoy como "La Guerra Proxy". 

Quiéralo nuestro Dios, llámeselo Alah, Jehová, Yavé o Papá Bocó, como mejor les cuadre a quien esto lea, que se desvanezcan esos aires gurreros importados de esas regiones de constumbres actuadas, banstantes extremas, ajenas a nuestras tradiciones, que de implementarse, según la voluntad, al parecer de los convocantes tanto internacionales como criollos, me temo que no volveremos a rezar ni orar del mismo modo como hoy lo hacemos, en peregrinaciones a la Virgen de la Altagracia de Higüey, sin el temor de amenazantes rituales importados desde Kenia, Nigeria y otras latitudes.

 

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