viernes, 30 de noviembre de 2012
BLANCOS ROSALES
Blancos rosales noblecen el jardín de mi cuerpo, virtud, larga vigilia
Merecidos hoy sin afanes ni tormentos de guerras, resueltos en paz
Tus mejillas aladas, nuestras manos talladas por tiempos rotos
Surcos divinos, ríos de sabiduría duermen sobre mi frente natural
Como serpientes que aguardan un invierno sin primavera ni alba
Fantasías en noches de lunas fluorescentes y besos robados
Transcurren suavemente en recuerdos sonreídos entre los
brillos
De piedras, las perlas que en tu boca alumbran como jasmines
Pétalos de sol en mañanas claras cuando Abril canta sus fiestas
Coros de voces encumbradas por todos los cielos vegetales
Bajan de lo alto a rendir los honores armónicos de tus cuerdas
Afinadas al canto mismo en hilos de agua de una clara corriente
Murmuradora voz de alcoba entre las hojas secas de un riachuelo
Medio despierto, medio secreto, fresco y risueño como de Dios
Vistes los tonos de la estación, amarillas y rojas, verdes y azules
Escotadas con libertad, hinchan las órbitas de sus lunas gemelas
Tensadas a lo justo, vibra la imaginación rica, trémula, trepidante
Respiros vaporosos dan alivios de calderas, pasión contrastada
Al paso viajero del Sol al instante de partir el día en mitades,
Hoy sin tardanzas, excusas ni asuetos retumban alados tambores
Apuran los acordes sostenidos al doble tono de este pentagrama
Piano y violín de un concierto a dúo, añeja exquisitez degustada
Puro catador de última prueba, multiforme paladar de fino aliento
Adelanta uno más el paso, servido el pañuelo, faginada su copa
El curtido bergante cuida su cuello blanquedo, reina la ocasión
Cortes sorteados de rigidez y academias siguen el hilo del desván
Rigor cortesano lleva hasta la mesa servida para los fríos honores
El dios del tiempo alerta la madurez exacta de las uvas y moras
Pasar a conocer la virtud del vino conservado va de la mano tibia
Consumada la cena, a cada noche perdida, un reclamo a destajo
Irán los días cobrando deudas de amor y cosechas irredentas
Páramo por páramo, por cada golpe de frío y de lunas apagadas
Abreviaremos las noches largas de Diciembre contra las horas
Contra las partidas de sueño, contra las paredes y los dioses.
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