domingo, 15 de noviembre de 2015

INDICISMO Y LETANISMO

Desde los inicios de los años ochenta, entre los poetas que surgieron y establecieron sus fuertes en los talleres diseminados entre los asentamientos y eventos focalizados en propias plazas de la Zona Colonial, fue tomando cuerpo un modelo de construcción literaria y la versificación poética caracterizada por el obsesivo afán de eliminar elementos lingüísticos de conexión como: artículos, preposiciones, conjunciones, adverbios, adjetivos.... etc...Ese comportamiento llegó a extremos tales que muchos poemas se asemejaron más a un índice de nombres o títulos asignados a las composiciones poéticas, que a poemas completos y digeribles como tales. En una ocasión, conversando sobre el asunto, Don Victor Villegas, volviéndolo a la inversa, se comparó el índice de un poemario que acababa de publicar Don Víctor Villegas y se comparó con uno de esos poemas, hizo reconocimiento al hecho e hizo su su propia observación a la vez que exhibía su ingenio proverbial al denominar la tendencia señalada como "indicismo". Otro de los contertulios presente en la misma mesa, -Cafetera El Conde-, hizo su propia acotación y prefirió ofrecer un nuevo apodo: "letanismo", al considerar que la tendencia hacía lucir la lectura de los poemas como las de auténticas letanías al mejor estilo del Santo Rosario mariano. La preocupación caricaturesca que así se expresaba, surgía como respuesta al miedo inculcado tras la clásica advertencia que funda el reproche a uso excesivo de artículos y adjetivos, maniqueo que suele extenderse por inercia sobre la escritura menos experimentada. La deformación ingeniosa que sobre las líneas de sus dibujos hacen pintores de talento cultivado al estilo magisterial de Cézane y Picasso, por ejemplo, tras cuyas experiencias logran provocar tan conmocionadoras impresiones, jamás pueden compararse con trazados inconclusos de cualquier malograda formación artística. La alusión viene al caso, ante los juegos magistrales de acortamientos que en sus trazados literarios viene experimentando el purista de la versificación clásica, Benito Manuel, cultivado y maduro en detalles de la preceptiva literaria clásica o tradicional, quien se luce al poner en su escenario experimental ese juego de contracción del texto, exhibiendo siempre un particular acento en la coherencia nunca perdida al hilar la ruta del contenido al tallar sus composiciones, bajo cuya manifiesta intencionalidad logra relucir la belleza intrínseca en la composición artística de la obra terminada. Benito Manuel es un maestro de la deformación talentosa del dibujo que signa su tendencia novedosa a darle finos cortes de contracción a sus textos poéticos.

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