A los hervideros de tus savias alguna vez arribará la calma
El invierno detendrá los nerviosos aleteos del otoño en las mariposas
Enracimadas en tus entrañas, tesoros relictos, sin reclamos ni duelos
Mis ansias agónicas revivirán al timbrar la copa de tus húmedas riveras
Sin prescribir aun el Sol purpurado de los miedos a fuegos de la Tierra
Brinde tu flor el néctar de sangre al vuelo conculcado de tu divinidad
Sobre los tejados de mis males sumidos en yerros de tus pensamientos
Confiesen las ondulaciones del Cosmos mis entregas de adoración.
El invierno detendrá los nerviosos aleteos del otoño en las mariposas
Enracimadas en tus entrañas, tesoros relictos, sin reclamos ni duelos
Mis ansias agónicas revivirán al timbrar la copa de tus húmedas riveras
Sin prescribir aun el Sol purpurado de los miedos a fuegos de la Tierra
Brinde tu flor el néctar de sangre al vuelo conculcado de tu divinidad
Sobre los tejados de mis males sumidos en yerros de tus pensamientos
Confiesen las ondulaciones del Cosmos mis entregas de adoración.
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