Suenan las notas en ronquidos de mi pecho hueco
Tronco reseco de sol y tiempos desandados en trasbordes
De bote en bote, grumete recibido de pirata y monoscopio
Robado como único tesoro, nostalgia de infinitas noches
Aventadas con odio por demonios invisibles e incansables
Castigan mi dicha de conocerte, regalo santo del Universo
Egocéntrico, eterno y libre, mi expandido capital del amor
Bajo sus deseos brotados en ternura y a su única voluntad
Destilada a chorros por los brillos encendidos de su mirada
Sus labios encarnados y turgencia depravada de sus pechos
Erizan las redes corrientes de mi piel, suplida de sudores
Sorprendidos y fríos, agua de sal, orgásmico presagio
De biología contenida entre costados, en mares de la vida
Allí nos esperan las confluencias sagradas de los dioses.
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