He de entregar las vueltas de mis cada noche acontecida en vigilia
Al ocio salpicado de líquidos inciertos escurridos en letras mudas
En sordos parlamentos sobre las frías dudas de unas excusas agotadas
Transferidas a trémulas respuestas llovidas de rocíos en su abierta risa
Ensortijada en cristales, escoltas de la desafiada escultura de su boca
Burbuja de pasión advertida en los brillos húmedos de sus palabras
En tonos de cuerdas medias redobladas, canto de pájaro inadvertido
Solo prevenido por la tarde que se agota y triste pronuncia la partida
Al rito de mi irreverente oración al ángel divino y sospechadas carnes
Nunca puestas a la mesa para las cortes de infiernos y sus demonios
Río de pasiones congeladas sin partes de guerras abiertos a la vista
Resguardada por inexpugnables cercos de atalayas y arrecifes
A suerte de arengas de guerras, proverbios y cantares salomónicos
A prueba de balanos mortales, águilas y zopilotes depredadores
Curo mi nombre de gendarme a la carta de sus intimas voluntades.
Al ocio salpicado de líquidos inciertos escurridos en letras mudas
En sordos parlamentos sobre las frías dudas de unas excusas agotadas
Transferidas a trémulas respuestas llovidas de rocíos en su abierta risa
Ensortijada en cristales, escoltas de la desafiada escultura de su boca
Burbuja de pasión advertida en los brillos húmedos de sus palabras
En tonos de cuerdas medias redobladas, canto de pájaro inadvertido
Solo prevenido por la tarde que se agota y triste pronuncia la partida
Al rito de mi irreverente oración al ángel divino y sospechadas carnes
Nunca puestas a la mesa para las cortes de infiernos y sus demonios
Río de pasiones congeladas sin partes de guerras abiertos a la vista
Resguardada por inexpugnables cercos de atalayas y arrecifes
A suerte de arengas de guerras, proverbios y cantares salomónicos
A prueba de balanos mortales, águilas y zopilotes depredadores
Curo mi nombre de gendarme a la carta de sus intimas voluntades.
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