Congregó nuestros pensamientos el trémulo candor de una mirada
Ojeada advertida de peligro,Tía Marina cruza un gesto de amenazas
Tu mundo rozaba la infancia sin despejar, Resuelta en unas líneas
Temblorosas de húmedecidas alas sin abrir, sonríen crisálida y brisa
Inundadas de feromonas esparcidas como flechas hasta mis sentidos
Envigados de antenas infalibles como de lobo de estepas en deshielo
Ensalibados los dedos, trémulos de pasión deslizada sobre la piel
Carne herida por ocultas corrientes viscosas de vida sin consumar
Allá en los inciertos de los dioses quedaron sellados los juramentos
Promesas de amor abiertas al tiempo cierto de presentes designios
Voz del alma, voz del amor, voz de Dios. Flor de primavera y otoño
Plasticidad temporal de arrestos lluviosos, correntía de laderas breves
Omega y Zeta de una dulzura concernida a las mieles de Dios.
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