La diversidad, abierta a los procesos de adaptación de los seres vivos, obedientes a las propiedades naturales de que, sin embargo, siguen leyes materiales que a los humanos nos parecen rígidamente inmutables, divinamente inequívocas, induce y conduce procesos biológicos conocidos como dinámica de adaptación natural, siempre obligados a cumplir con las condiciones presentes en la Cosmogonía Natual en la que nos hallamos como cumplimiento de ese proceso de existencia al que nos acogemos.
Una de las adaptaciones que conducen el marco biológico dentro del cual nos acomodamos como seres vivientes, humanos, inteligentes, materialmente compuestos, es el de la evolución que conduce nuestra constante adptación, correspondiente a los dictados de esa infalible conducción universal que entendemos como divina (independientemente de cualquier ajuste ideológico, nominal o cognocitivo),
A partir de la secuenciación de dinámica de las ideas así imaginadas, hemos de entrar y aceptar que en esta etapa del conocimiento al que alcanza la sociedad humana, la necesidad de comunicación forma parte de nuestra existencia bioológico-material.
Esta no obliga, en este estadio de la civilización como nos conocemos-, a entendernos por medio de lenguajes o signos de exprión comunicacionales. Para alcanzar a volver útiles los recursos de nuestra comunicación, precisamos de entendernos, comprender, aprehendiendo con certeza los efectos conectivos de nuestras transmisiones, retroalimentadas cada vez mediande la interacción inteligente (una de esas raras variables que a nuestro pensamiento no llegan con ninguna presición real).
Este artificio en el que en estos tiempos nos permite este modo de interacción comunicacional, que denominados "redes cibernéticas electrónicas", nos demandan, por el momento, lograr que esas interacciones alcancen a hacer viables la movilidad lógica entre las interfaces de esas comunicaciones referidas.
Pienso, percibo, comprendo que para ello se hace, así, necesario tratar de que si nos sentimos interesados en lograr esas comunicaciones pensadas, hemos de contribuir a viabilizar las mismas, mostrando los canales abiertos capaces de lograr las coneccione reticulares y compuertas, que den los accesos posibles a utilizar los recursos disponibles.
En mi caso, como alumno empeñado, por ejemplo, en aprovechar los conocimientos que suele exponer, el estudioso intelectual de las ciencias geopolíticas, Ernesto Gatón, trato de ambientarme tratando de mojarme de las agual en las que suele bañarse y nadar de modo que pueda yo, cuando menos comprender sus los giros de sus movimientos.
Del mismo modo, en busca de, lograr que frente a mis contertulios alcance yo a entendeer las tonadas de su coro, busco leer, escudriñar, comparar, beber lo necesario para acercarme a sus notas. Percibo que es una consideración, una cortesía de mi parte, que tiende a facilitar la comunicación y el intercambio útil, tratar de acompañar, colaborar y seguir, en vez de obstruir los aportes de mis colegas.
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