lunes, 1 de noviembre de 2021

HOMBRE Y CREACIÓN

 CIERTO, CIERTÍSIMO ES QUE TANTO la creación del hombre como la suprema constelación material en la que participa, conducen a la idea de la existencia ontológica de un paradigma universal consistente en un paradigma insoslayable: la necesidad de la existencia misma de un origen del que habría de partir toda la existencia misma, incluída la mism idea de un Dios Creador. De este imaginado paradigma, no se escaparían, hasta este momento, ni siquiera las inteligencias mentales de los más conspicuos pensadores del quehacer humano. 

A partir de las virtuosas propiedades, dominadas por el pensamiento humano mismo como oximorón justificado en si mismo como pienso alimenticio de todas el pensamiento humano, devienen las ideas que desde esa inteligencia citada y concebida, devienen en motivaciones, leyes, conductas, metas, deberes y obligaciones.de las que, a su vez, se definen conceptos como el de moral y moralidad, el bien y el mal y de estos, todos los demás derivados atendidos dentro del mismo paradigma consistido.

Todas las posibilidades así concebibles caben, resultan o quedan cubiertas bajo la sombra de la Divinidad Original, por cuanto, cualquier concepción imaginada dentro del contexto del pensamiento humano más extendido, llega cuenta dentro de ese paradigma de origen ontológico, cosmológico, sideral, irrefutable y esta fementida verdad oximorónica que a todo pensador presumido de profundidad conceptual disfruta, sonríe o desvela. Entre los históricos estudiosos, escrutadores, disectores filosóficos del hacer cuerpos estructurales con las ideas del ente humano, sus pensamientos, su materia y su vaporosa espiritualidad, concursan los nombres de cientos de sabios de todas las épocas y toda la geografía en el contexto histórico de la civilización humana. 

Todos los conceptos, ideologías, sean estos políticos, religiosos, filiales, raciales, etc. quedan incluídos, arropados por ese paradigma fundado en el empirísmo mental del pensar humano que pretende hallar en todo lo concebible, aun más allá de la materia, un origen, un motivo, una razón, finalmente: un Dios, que, aunque huérfano de origen, nos amerita y satisface a plenitud nuestra existencia misma. Nosotros, los creyentes, creídos de buena fe en la esperanza de La Salvación Cristiana, estamos seguro de que, independientemente de que aun se nos guarde en el "Mar de lo Desconocido", algunos misterios reservados por la Divina Voluntad, hemos de conformarnos y complacernos bajo el manto de la protección de Verdad Única.

No hay comentarios:

Publicar un comentario