domingo, 27 de marzo de 2022

LAS APARIENCIAS Y LA EVOLUCIÓN NATURAL

 

Cierto, ciertísimo es que uno de los gestos biológicos acudidos permanentemente como recurso inteligente de los más finos efectos desarrollados como estrategia por el perfeccionamiento divinal al cual parece tener como meta la naturaleza material asentada en la imaginación o inteligencia Universal, lo constituye, sin dudas, el camuflaje o engaño. 

Sin embargo, lo cierto, asímismo, por cuanto, dicha estrategia del mismo modo se convierte en esa competidora Universal tal que a su espalda resaltan toda suerte de sorpresas, unas que a los humanos nos resultan complacientes al saludarnos triunfalmente cuando descubrimos quien falla en ejecutarla, tanto en la guerra como en el humor artístico. 

Nos complace sobremanera descubrir los errores aparentados por los payasos profesionales, tanto lo disfrutamos que hacemos grandes sacrificios para celebrarlos (sacrificos son los pagos y demás esfuerzos). Es, por tanto, un poco tonto, sorprenderse, por ejemplo cuando descubrimos que las pestañas y demás esfuerzos cosméticos, de las damas, como de toda apariencia externa modificada en los camuflajes animales, tanto como los humanos, nos resultan desproporcionadamente molestos, es decir, nos frustran. 

Hemos de asimilar que hasta los sonidos de la música que nos agrada, conmoviéndonos los ritmos electrodínámicos que estimulan los centros placenteros de la red neuronal, bien pueden resultar no más que interpretaciones, por ejemplo, de señales primaverales falseadas, cuando la imaginación inteligente pudiera llamarnos a disfrutar la magnífica presencia de los dulces energéticos que se obtendrían de los frutos y néctares de las flores. 

Toda interpretación de cualquier conducta biológica, responde del mismo modo a estímulos infalibles (al menos ante la conciencia humana),  Cualquier interpretación distinta, resultaría, igualmente, parte del mismo gesto competitivo en la lucha por el perfectismo material al que nos conduce la divininización de Los Olimpos. 

Esa lucha genera las guerras, la supervivencia personal, la social, la historia de la realidad que conocemos, imaginamos y somos posible de pensar. Alcanzar a ser el superhombre de Netzsche, como el Dios judío o los de todas las constelaciones griegas y romanas, en nada cambia la misma mirada hacia el perfeccionamiento, como meta imaginada en la inteligencia concebida entre los humanos, sin descontar, que nada entendemos de la interpretación que otros sistemas vivos puedan concebir, sin que nosotros, los humánidos, lo comprendamos. Es así, por ello mismo, que toda guerra,toda lucha, todo concepto asimilable al respecto, cuenta su papel biológico, material, inevitable. 

La concepción humana cuenta dos unicas alternativas para hacer interpretaciones lógicas francamente sensibles: una es Alguien puede modificar el curso del Universo, y dos: El cambio del Universo fue concebido con absoluta perfección sin más alternativa. Ello nos deja la sin par pregunta: El mundo funciona perfección absoluta o habría dejado Dios una brecha a lo imperfecto ?

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