Carolina en flor, capullo de infancia, zumbadores, abejorros y lagartijos
Magenta de irisados estambres mañaneros sonreídos al sol y a las brisas
Al cerrar la mañana, perecen destemplados, lentos sus pobres rizos
Otro será el amanecer de la nueva flor, otro día, otra sonrisa, otra esperanza
Otro será el niño de la nueva mañana, volverá renovado el mismo picaflor ?
Volverá el mismo abejorro ? Volverá el mismo Carlitos a compartir el amanecer?
Infancia que nos recuerda, en sus nostálgicas mañanas de húmedos rocíos
Agripados entre ramas de las mojadas madrugadas ahora desvanecidas, despiertas
Reciclan los gritos infinitos de pájaros carpinteros, ciguas, tórtolas y petirrojos
Así encendidos permanecen los recuerdos de tatuados momentos en nuestro paraíso
Divinal, claro y eterno como arcoiris que anida en el amanecer de los arrolluelos
Allegados fueron presentados los humores de la pubertad, de rosados escándalos
Las advertidas carolinas nos provocan nuevas razones, erigidas figuras del sexo
Nombre de niñas, sus estambres lucen encantadas como tiernas mejillas hembras
Descubren sus amaneceres la poesía, la palabra, prendido espíritu de enternidad,
Han sido despertados los dioses de la verdad, de los abejorros, pájaros y colores
Encantada Flor de Carolina sus aromas, néctares, colores y tertnuras, la vida
Clara vitud, ritos de una evolución triunfal, fermentada desde el amor y el Cielo
Reseñado vive en nuestras alacenas de felicidad la frescura de ser este canto.
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