Nuestros afanes por alcanzar a sentirnos cada vez más felices, es el efecto derivado de los procesos biológicamente estimulados, secuencialmente compatibles con las demandas de la evolución material que signa nuestra existencia misma. El gusto emocional que previene y persigue la expresión y la sensación de felicidad, está conformada por una red de sensaciones que como las ondas gravitacionales en la materia, resultan involucradas en todas las demás interpretaciones de resspuestas posibles o imaginables que conforman la red vital material, a través de sus versiones bioquímicas. Me queda la impresión, la sensación de que toda esta inteligencia con la que se rigen los procesos de toda La Naturaleza Biológica, bella y compleja, ejerce una influencia muy pesada sobre nuestra necesidad de ir sincronizados con la frecuencia a la que se expresa el sentimiento de La Felicidad. La Naturaleza es maravillosa, divina o, cuando menos, eso le habría impuesto que perciba a mi imaginación cerebral.. Ajualá que esto sea parte de la pretendida y buscada sensación de felicidad que me arropa cuando las fantasías neurológicas me pinchan la vesícula de las dicharacherías bueno-malas..
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