Nenita, Ades consentida de cielos, mares y montañas
En cimbreadas carnes de mujer, de sangre y hormonas
Relucidas en los timbres y transparentes risas y gracias
Caoba de valor original, tallada y pulida a luz de soles
Tropicales, preservada contra ciclones y avalanchas
Históricas, contra riesgos de alacranes y tóxicos lagartos
Te recuerdo, aguacero que deja empapado todo el bosque
Calor de presagios abiertos y cultivos indeterminados
Nos acercan el verano y el otoño de esplendentes luces
Bañadas sobre los prados de entera y eterna juvenilidad
Material y espiritual de tus aires impulsados y tiernos.
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