lunes, 3 de agosto de 2020

ADVERSIÓN ANÍMICA CONTRA LA AFRICANÍA ISLEÑA

La adversión animica cultivada contra la africania isleña, caribeña, virulentamente ejercida sobre la migración haitiana que durante los últimos dos siglos ha propiciado el enorme crecimiento económico de las poblaciones ubicadas en la parte este de esta Isla Hispaniola, es un sintoma fundamental y funcionalmente  clasista y particularmente xenófobo-racial, asentado en la sensación epidémica de "nuevo rico" que ha infestado el pensamiento enjabonado del muletaje criollo, cuyo vendaje rayado de europeísmo colonilista les impone el mito persecutor destinado a marcar su distanciamiento con sus bases etnico-raciales marcadamente africo-haitianas. 

El temor a dar a conocer el destilado dulce de la esclavitud azucarada en los campos cañeros, trapiches, guarapo, melazas, cachazas y bagazos, tensa la realidad de muchísmos compatriotas, enemigos jurados, maldicientes y negados a nuestra condición de descendientes naturales de esa suerte de vivencias legadas a nuestra existencia histórica, tradiciones, cultura y sensibilidad humanas, tan reales como las aguas de los ciclones y soles tropicales que nos conviven y signan. 

Es la historia de los derechos principales a ser dominicanos, tanto como lo fueron los mulatos Francisco Sánchez del Rosario, Matías Ramón Mella, Gregorio Luperón, los Hermanos Puello, Antonio Duvergé, María Trinidad Sánchez y otros tantos patriotas que hoy merecen ser citados con el orgullo patrio de nuestra histórica ascendencia africo-haitiana, cuyos derechos naturales a residir en estas tierras los hemos merecidos con el trabajo, las defensas y las riquezas aportadas por nosotros y por nuestros antepasados, más allá de los dolores internos que atesoren otros cazadores negreros, rendidos a la pena de las negaciones más íntimas.

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