El "Amarillismo" o sensacionalismo del niño amarillo, consiste en un vicioso mecanismo de manipulación noticiosa, inclinado, como el chicanismo jurídico, a lograr convertir en una información de bajo perfil en una sensación, impactante, capaz de opacar lo trascendente a partir de lo insignificante. Esta técnica, adornada con ribetes consensuados como de inmorales, con frecuencia se valen de falacias, tergiversaciones y hasta francas mentiras montadas en textos que tienden a lucir como si fueran omisiones tipográficas casuales. El amarillismo es un recurso que hoy hace explosión masiva en las redes cibernéticas. Los cibernautas de esta fiebrosa cotidianidad, somos víctimas habituales de los pandémicos "reenvíos", los que, con muchísima frecuencia, juegan un propósito comercial muy sencillo (pero con sus vicios ocultos) dirigidos a captar publicidad y otros intereses tan ingenuos y pocos significativos como decidir sobre el destino electoral de procesos como el de la carrera presidencial de Estados Unidos de América y algunas otras decisiones más o menos equivalentes. en todo el mundo. Algunos filósofos modernos, pensadores de gran influencia mundial en todo el mundo intelectual, piensan que el proyecto pandémico viral, puede estar sirviendo a intereses programados por el diabólico niño amarillo, que, en pura verdad, parece una sombrilla amarilla.
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