Ahora fueron los forenses
Los que se fueron de espaldas
Al levantarse las faldas
Sin los recatos castrenses
Fueron payasos circenses
Con recostada imprudencia
Prostituyeron ciencia
Puesta al suelo de cobijas
Sin pudor por sus berijas
Horroríficos inventos
Crearon para la gente
Pertubada de la mente
En contrariados momentos
La pusieron a oir cuentos
De monstruos cibernéticos
De placeres muy patéticos
Caníbales sanguinarios
Que profanan los sagrarios
Al son de ritos sincréticos
Llegó la procuradora
De una justicia confusa
Terca, bruta o bien obstrusa
Cargó con la mecedora
Del abuelo y su tambora
También secuestró a la esposa
Para medirle la fosa
Saber si también fué víctima
De alguna violencia íntima
De la máquina estruendosa.
Gracias, Dios, habló Sarita
El gurú de los patólogos
Ya ha publicado los prólogos
Ahora la verdad se agita
Sobre la trágica cita.
Dios, por fin, llamó a Sarita !
Sar del las patologías
Doctor en galimatías
Dicen que el cadáver pita
Al compás de su barita
Declama, canta y proclama
Intimidades de camas
Cuenta de sus hormonas
Sin darle mente a las sornas
Sin pudor, de buenas ganas
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