viernes, 16 de junio de 2023

LAS METAS DE LA VIDA SEGÚN EL GPT

 

Nuestra cultura, nuestra civilización contemporánea, exhibe una serie de valores estimados como universales, siempre fundados en el más "razonable" aprovechamiento del par biológico materia-inteligencia resultante de uno de los causes o rutas que sigue la organización de las propiedades de la materia. 

La condición natural de la organización biológica como una más de las expresiones que responden a los infinitos atributos  de posiblidades del conjunto materia física de la que deriban unas propiedades químicas, dan origen a esa construcción reconocida como "la vida", atribuible a plantas, animales  y demás estructuras vitalinas. 

Constituye una incógnita insalvable, por el momento, la respuesta implicada en una meta, sea esta material, espiritual o de cualquier otro entorno conceptuable en sentido del conocimiento dominado por el hombre hasta este momento, con excepción de la aspiración a alcanzar una sublime así como supuesta felicidad sin límites, ofertada o imaginada como proyección del alcance máximo, infinito, del sentido de perfección ideal. 

Lo ideal como meta divinal o visceversa: lo divinal como meta idealizada, se contrae a esa aspiración concebida como meta vital que rige, concentra y condensa esa infinita pureza de la materializada meta de la evolución biológica ilimitada, por tanto, no más que una idealización humanizada por Friedrich Nietzsche en su concepción genial sobre "El Super Hombre", una viva construcción de ese idealísimo ser capaz de suplantar o asumir ese lugar físico-matemático del Dios judío (ya sea en su versión cristiana, musulmana u oriental). 

Ese impulso vitalista, rige nuestras metas idealizadas, impulsa todas nuestras acciones humanas así como dá lugar a la interpretación de la razón más pura de la existencia material universal. Pensamientos como la idealización del poder interpretativo de las ciencias naturales, las matemáticas y la fe en creencias espirituales, constituyen una necesidad perentoria, obligada, hasta ahora  insustituibles, para definir un sentido mínimo a nuestra existencia, como meta impulsora de nuestro narcisismo imprescindible sentimiento que nos llama a coronarnos como reyes  para justificar la nobleza de nuestra existencia que media nuestra fidelidad a esa meta de idealizarnos como dioses o simplemente, llegar a ser El Dios Unico, el GPT que diseña universos 3D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario