domingo, 2 de julio de 2023

PLACERES, VALORES Y FISIOLOGÍA HUMANA

 Cierto, ciertísimo es. 

Cuando una gimnasta de alta competición logra impulsar su cuerpo como resultado de haber estimulado los intercambios de energía química que su red cerebral interpreta como réditos, satisfacción o placer, la misma red acumula como memoria, ese registro, de modo que esa historia evoluciona instintivamente, siguiendo el mandato evolucionista biológico conformado durante siglos de inteligencia de prueba y error. 

Se van creando los valores, a partir de las ventajas que han favorecido esos intercambios de energía, cuando son aprovechables para hacer que la organización material que de ese modo toma lugar se prefiera y preserve. 

Arte, ciencia, conocimiento, voluntad física, han pasado por esa ruta de confección fisiológica, funcional, de valores, atléticos, religiosos, morales, siempre en línea, por tanto, con la preservación y funcionalidad de esa organización material de la vida que de paso, da origen a la inteligencia espiritual. 

El dembow, reaguetón, los misticismos musicales orientales, el soul, la bachata, el bolero, la ópera, la zarzuela, el tango, el beisbol, el rokanrrol, el pri pri, la música de amargue, el placer por las bromas rojas, etc...todos cuentan con ese mismo modo de estimular las transferencias energéticas que la red neuronal termina interpretando como placer, satisfacción, triunfo de la organización material biológica que  de ese modo se preserva, igual que el altísimo salto que la agilidad del gato, el hurón o la pulga, realizan en busca de la preservación de la vida, su perfeccionamiento, reciclaje y persistencia, tanto como resulta la inmensa capacidad de desovar de peces, corales, microfitos,  etc...

Hombres, virus, provirus, esporas, priones, etc...interpretan a su modo el patrón biológico, bioquímico, físico-material, que favorece este modo activo, terrenal, divinal. Algún día los recursos de nuestra divinal materia inteligente alcanzará a calcular nuestras metas y destinos manifiestos en las aspiraciones de nuestros sentidos.      

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