martes, 9 de enero de 2024

EL ATEÍSMO Y LOS CREADORES DE DIOSES

 

El instinto natural que dispone la obligada necesidad de asumir patrones, conducta propia desarrollada a través de la evolución como recurso vital que tiende hacia la perpetuación de los seres vivos, dentro del marco de las propiedades materiales, han inclinado hacia el desarrollo de la virtuosa inteligencia, como resultado de esa organización material de dinámica inagotable.

Esa inclinación o tendencia natural mueve hacia lo que esa misma inteligencia natural, estima como "perfeccionismo", que en los marcos materiales, viene a significar cambios estimados como "positivos", de acuerdo a la propia valuación de esa inteligencia antes citada.
Esa inclinación induce a las especies organizadas como "animales", a seguir patrones, que, en el caso más especializado, según nuestras apreciaciones, estarían los animales de organización más compleja, entre ellos, el homo sapiens, esta especie que parece estar intentando alcanzar una superación que llegaría más allá de la imaginación material, hasta ahora patente, de modos aun no dominiados por la comprensión humana.
Esa incomprensión, esas inclinaciones, generan esas ideas que concluyen en la suposición de la existencia de una divinidad, la idea de existencia de la espiritualidad. Si cultivamos nuestra inteligencia con fruición, con denuedo, podemos comprender esa inclinación.
Quienes no son capaces de alcanzar a comprenderlo, se anegan, se ahogan, se saturan de ideas taponadas de incomprensión, de sustos, de miedos y negaciones. Inventan persecuciones paranoicas, se espantan y se sienten perseguidos por los creadores de dioses. Esas paranoias pueder resultar en patologías quijotescas, espantos y creaciones perniciosas de gigantescos molinos vistos como amenazas. Es la razón que mueve a al ateísmo a promover ese susto, ese miedo ante los creadores de dioses.
Es más que evidente, el ateísmo y los ateístas, -por lo menos los ateodomistas dominicanos-, les temen de forma paranoica, a los religiosos, sobre todo a los abrahámicos, cristianos, musulmanes, judíos y demás creadores de divinidades.

Esos miedos, susstos, pavores y pánicos son los que promueven ese activismo proselitista, fanátizado que tanto excita los ánimos ateístas a percibirse perseguidos, proscritos, prohibidos, amenazados, contrafilosofados, paganizados, excluidos, más allá de las intolerancias reales, -que ciertamente existen, pero nunca, en este momento, tanto como la exaltación que en muchos provoca-. 

El miedo luce más como un reclamo competitivo entre sectas religiosas, guerreándose durante el Medioevo e las regiones contiguas al Mar Mediterráneo. Espíritus ateístas contrapuestos a los Espíritus Abrahámicos
.



No hay comentarios:

Publicar un comentario