sábado, 20 de abril de 2024

LA MENTIRA COMO ESTRATEGIA EVOLUCIONISTA


Cierto, ciertísimo es, que la inteligencia animal, resultado del desarrollo sitematizado del ánimo o vitalismo de la materia universal, está caracterizado, según puede interpretar así la misma mente humanoide, por  haber desarrollado un comportamiento que solemos nombrar como estrategia vital. Una más de las respuestas lógicas del evolucionismo material que parece haberse arreglado como razón de la existencia material. 

Las estrategias generadas a partir de esa lógica material, así concebida por los arreglos vitales de las respuestas concebidas por el sistema organizacional, convertido de sistema biológico-anatómico humano, da lugar al desarrollo de recursos llamados "inteligentes", entre cuyas expresiones sobresalen las consideradas estrategias llamadas a garantizar la existencia y permanencia de esos arreglos materiales, vitales, resultado de ese formato, de ese recurso evolucionista que se favorece matemáticamente de esa virtuosa estrategia de comparaciones que en la semántica episteémica de las argumentaciones corrientes, solemos denominar "de prueba y error". 

Este sencillo pero fundamental recurso, funda los impulsos propios que mueven al perfeccionismo de esos ánimos vitales propios de todos los mecanismos lógicos que impulsan esa existencia y el constante desarrollo idealista de los procesos vitales. 

Uno de esos recursos, propios de ese artificio lógico aplicado, de "pueba y error", dirige sus extensiones, en el sentido de los camuflages que dan paso a recursos fundamentales como la utilización e identificación de los alimentos, los crecimientos y perfeccionamientos de las estrategias vitales, sus luchas sociales, a partir de camuflages sociales, competitivos, guerreros, territoriales   demás recursos del evolucionismo. La mentira, sus clasificaciones y diferenciaciones, marcan los caminos de estos recursos lógicos, inteligentes. 

Los camuflages guerreros, políticos, profesionales, sociales y humanos en general, conforman parte de esas estrategias desarrolladas como parte de las luchas entre humanos, compelidos por ese afán natural de la supervivencia, superación vital, materialmente animada, humana. Las direrenciaciones políticas, religiosas, sociales, geográficas, anatómicas, estrategicamente vitales, en general, constituyen solo realidades de ese atomicismos universal, temporario, en el vasto, inmedible, concierto universal, infinito.

    La historia de los heroísmos reconocidos y condecorados como triunfalismos exaltados  en torno a los guerreros exitosos, están, generalmente fundados en las mentirosas tácticas armadas desarroladas por los generales vencedores en las más importantes batallas. Una harto reconcida mentira que sirvió para burlar las tropas haitianas, bendijo al general dominicano que se alzó con los honores triunfales sobre la más significativa batalla que culminó con la Restauración de la Independencia, en República Dominicana. Una sistemática serie de mentiras alzadas contra la figura del Doctor José Francisco Peña Gómez, modificaron la correlación de fuerzas que en más de una ocasión troncharon su ascenso al poder. Estrategias de guerra.

Las batallas universalmente socorridas por todas las formaciones políticas y sus conductores, en la generalidad de las sociedades humanas que siguen liderazgos personales o colectivos, estos son convocados bajo argumentos, convincentes, pero, por lo general, deformados tanto en sus objetivos pretendidos como en objetos ocultos. 

En general, la predominante sociedad política mundial, que durante siglos ha sido conducida bajo la égida de los alagos monárquicos del desarrollo del Feudalismo y el Capitalismo Mundial, incluidas las versiones capitalistas camufladas de socialismos, basan sus teorías oficiales, en promesas y estímulos, fundados en mentiras divinales, imposibles de acercarse a realidades objetivas.  En fin la mentira constituye una estrategia evolucionista, de carácter Universal, concomitante con el recurso material de la lucha por los perfeccionismos idealizados por los procesos biológicos naturales.

La falsificación cosmética, los avasallamientos comerciales, las marcaciones sociales, las luchas territoriales, constituyen la significación de ese batallar natural decidido a lograr la prevalescencia de unos valores en guerra permanente por la superación de unos sobre otros en busca de ese perfeccionismo demandado por los procesos de ajustes evolucionistas. Batallar de guerras entre unos valores que tratan de prevalescer unos sobre los otros, humanamente, materialmente, inevitables como transcurso evolucionista.  

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