jueves, 4 de abril de 2024

EVOLUCIÓN Y MODERNIDAD

 

LA "Modernidad", es decir,  lo de ahora, lo del tiempo de ahora, resulta ser, ontológicamente, "lo presente", lo que es, lo que está. Es la trascendencia evolucionada hacia el presente que acontece en oposición al pasado y precede y evoluciona hacia el futuro. 

El evolucionismo biológico y social, evoluciona y cuando parece saltar, nos parece que "re-evoluciona". Los aparentes saltos que con frecuencia, nos lucen como efectos sociales re-evolucionados, mejor signados como "revoluciones", bien nos indican que, en el caso de la organización social referida a la estructuración histórica de la evolución social del conjunto biológico concebido como "humanidad", Lo 

Cierto, ciertísimo, es que los suaves deslizamientos ocurridos como historización de su sociedad funcional como organización, dialécticamente razonada, viene enmarcando un proyetado Socialismo de Estado, que se evidencia irremisiblemente, como efecto de la evolución social, dialéctica, a la desaparición de las Monarquías Feudales. 

Hoy, el Gran Monarca lo constituye el denso poder del capital monetario que se constituye en medida de reconocimiento social, como marca del proceso social, de ese evolucionismo que, salvo una impredecible catástrofe cataclísmica planetaria, apunta hacia el afinamiento colectivo de la humanidad, 

Los retrasos emocionales, biológica y socialmente naturales, constituyen parte adecuada a ese mecanicismo matemático-probabilístico, de prueba y error que subyace en nuestra historia evolutiva humana. Saltos, crímenes, deseos, competencias guerreras, genocidios, catástrofes pandémicas, cataclismos, etc...forman parte racionalmente concebibles, a la luz de nuestras inteligencias, -colectivas y particulares-, de esos procesos de reajustes naturales (prueba y error, según nuestras medidas y apreciaciones). 

Unos nos recocemos más o menos emocionados, suicidas, depresivos, desesperados, infortunados,...pero igualmente aconsejados por el mismo proceso de modernización inevitable, conformamos este conjunto de puntos únicos pero suscedentes del mismo proceso, del mismo diosismo natural que nos empuja, nos compele, nos desafía a demandarnos a exsitir con más y más  deseos ontológicos, a estar y a llegar a un inexistente final.

Las transacciones escenificadas como luchas de poder ideologizado sobre los prados de la moralidad política, que asume sacrificios, conscientes o inconscientemente, por imponer ideas de autoridad, asumir control social y material sobre sus congéneres y sobre toda la naturaleza alcanzable, tiende a asumir los reconocimientos impulsados por razones hasta ahora comprendidas somo mecanismos racionalizados a partir de las citadas medidas de mejoramiento aplicados como soluciones de prueba y error, inclinan hacia la racionalización de la sociedad humana como proyecto lógico, hacia el socialismo político, como aprovechamiento, como rendimiento, de la más alta probabilidad, medida a partir de los equilibrios infinitamente equilibrados.

Las tendencias o inclinaciones naturales parecen irremisiblemente conminadas a ceñirse la banda del socialismo político como alternativa oportuna que suscederá o está suscediendo al proyecto político-social singnificado en el capitalismo. Por cuanto, el socialismo intelectual, económico, profesional, etc....luce deslizándose dialécticamente como alfombra de colores múltiples, sobre la real razón de la vida  en sociedad, racional y humanamente extendido sobre el prado terrenal, biológica y moralmente racionalizado.


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